La cuarentena la estoy haciendo en familia, con mi hijo, mi marido y los hijos de él, Jazmín y Marcos, que también están con nosotros.
Todos en casa seguimos con nuestras actividades, estudios y trabajo. Hacemos todo por zoom, hasta el jardín de Mateo.
Al principio a mi me costaba mucho hacer actividad física, pero poco a poco me conecté y hago 2 o 3 veces por semana. Augusto cocina y yo me ocupo de la limpieza y el orden de la casa. Dividimos entre todos, incluyendo a los chicos, para poner y levantar la mesa.
No cambió mucho la dinámica familiar, pero me doy cuenta que el que más está disfrutando de esta cuarentena es Mateo. Más allá de ser consciente de lo que está pasando, él disfruta muchísimo la compañía de sus hermanos ¡Estamos todos para él!
Me lookeo casi todos los días, incluso cuando tengo reuniones con nuestros clientes. Mi empresa Díada me mantiene todo el día activa. Además, estoy haciendo un curso online así que trato de estar lo mejor posible.
No tengo ni bajón ni miedo. Somos muy precavidos y tomamos las medidas que corresponden. Pero por supuesto que estoy preocupada por esta situación que genera esta pandemia, no solo por el contagio, sino por los efectos económicos de esta cuarentena. Mucha gente la está pasando muy mal.
Lo mejor, es la unión familiar, la conexión con el otro, y poder ver la solidaridad que encontrás en la gente.
Lo peor, lo que está por venir... Las consecuencias.
Más intimidades de cuarentenas: La intimidad de la cuarentena de Cintia Garrido: en el campo y estrenando maternidad