La actividad física puede ser otra manera de conectar con nuestra mascota, obteniendo todos los beneficios de poner el cuerpo en movimiento y de disfrutar del aire libre, en una época en la que el clima comienza a ser más agradable.
¿Sabías que nuestras mascotas también disfrutan de la actividad física? Además de divertirse y fortalecer el vínculo, les ayuda a mantener la condición corporal, músculos fuertes y articulaciones flexibles.
Además, contribuye a estimular la mente, lo que les permitirá mantener habilidades cognitivas y sociales, y hasta liberar el estrés, lo que puede ayudar a disminuir cuadros de ansiedad en aquellos con problemas de comportamiento.
Por estas razones, los expertos sostienen que todos los perros deberían realizar algún tipo de actividad teniendo en cuenta su edad, condición física y las particularidades de su cada raza.
Lo ideal, afirman, es que los paseos deberían ser lo suficientemente prolongados para permitir a los perros hacer sus necesidades con calma, olfatear y relacionarse si lo desean. “Si bien ésta es una generalidad, es indispensable conocer a nuestra mascota, ya que estos paseos y las actividades deberán variar enormemente según cada individuo”, indica Julia Fenley, coordinadora de Asesores Técnicos de Vitalcan.
Si tenemos un cachorro, las actividades deberán ser moderadas: paseos y juegos, ya que en esta etapa un exceso de ejercicio puede afectar de forma negativa a su desarrollo físico (sobre todo en las razas más grandes). Esta recomendación es la misma para perros de edad avanzada y para los de razas braquicefálicas (bulldog inglés, pug, bulldog francés, entre otros).
Una vez que estas condiciones están dadas, hay otros cuidados que se deberán tener en cuenta al momento del ejercicio: por ejemplo, iniciar la actividad con sesiones cortas de ejercicio e ir conociendo los límites de cada mascota en respuesta a ellos. Una buena idea es ir probando diferentes actividades hasta descubrir sus preferencias, combinando estimulación física y mental, siempre, dando tiempo de descanso necesario entre los días de actividad.
“Para sentirnos más cómodos, lo ideal es establecer rutinas. A la hora de elegir dónde hacerlo, no debemos olvidar prestar especial atención a las características del suelo. Si el asfalto está muy caliente o el suelo tiene piedras, nuestro perro puede sufrir lesiones en sus patas. Por eso, los parques y las veredas limpias son la mejor opción. También es importante, elegir una zona no muy transitada, para evitar el peligro de los autos y poder ejercitarse con tranquilidad”, explica Fenley.