Los ojos, además de permitir ver, también sienten. Eso es porque tienen una gran cantidad de receptores en la superficie ocular. De hecho, la córnea es la estructura con mayor sensibilidad en todo el cuerpo. Es decir, que, por ejemplo, una mínima partícula que esté suspendida en el aire, si contacta la superficie ocular, genera molestias o, incluso, dolor.
"Los ojos perciben como está el medio que los rodea y como defensa se origina el parpadeo, sea para impedir que algo los lastime o de forma rutinaria, para distribuir la capa de lágrimas sobre toda la superficie ocular, tanto para hidratarla como para nutrirla. A la vez, las lágrimas diluyen partículas aéreas y permiten su lavado, evitando así el contacto con la córnea y la sensación de molestia", explicó Germán Bianchi, médico oftalmólogo y cirujano ocular, (MN 98.952).
A su vez, el especialista determinó que ésto sucede debido a que los ojos sienten el frío, pero no de la forma en la que, por ejemplo, se puede percibir en los pies o en la cara. "La superficie ocular tiene receptores específicos para el frío, están localizados en la córnea, se activan con bajas temperaturas y originan un estímulo nervioso que será sentido como algo desagradable, pero su expresión será similar a tener una basurita, un cuerpo extraño y se generará un parpadeo reflejo", expresó.
"Al parpadear, se produce secreción lagrimal y se lubrica la superficie ocular, mitigando esa sensación e incentivando, nuevamente, a los receptores. En síntesis, los ojos, pueden sentir el frío, que será algo molesto o, en su extremo, como un dolor", desarrolló el oftalmólogo.

Por otro lado, el experto aseguró que no todos sienten el frío de la misma forma. "Hay que considerar que, si un individuo está sano y no tiene problemas oftalmológicos, su parpadeo reflejo y la secreción lagrimal servirán como factor de protección, pero muchos mayores de 50 años tienen algún grado de afectación en su calidad de lágrimas y, puntualmente, parte de esa población, posee una patología conocida como “ojo seco”. En este grupo de personas, el frío “se siente más”, son aquellos en donde tanto el frío severo como el calor extremo exacerba los síntomas, llegando, incluso, a producirles dolor", declaró.
Cómo evitar el malestar ocular producido por el frío
Según Bianchi, en situaciones en donde se está en el exterior, si además de frío hay viento, hay que usar anteojos para evitar el malestar ocular. "En un ambiente interior, la utilización de lágrimas artificiales también podrá ser de utilidad. Pero es relevante que, si se nota cada vez más el frío en los ojos, realizar una consulta oftalmológica para poder evaluar si no se requiere de una terapia lubricante de base", afirmó.
"Hay que recordar también que, ante situaciones de frío extremo, las lágrimas se pueden congelar, como cualquier otro fluido, algo que, felizmente, es poco frecuente. Como medidas prácticas, los anteojos con graduación y de sol son de gran ayuda. Si a pesar de esto, continúan las molestias, consultar con el oftalmólogo, que podrá probar con lágrimas artificiales.", determinó el especialista.
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"En ambientes cerrados o calefaccionados la respuesta depende, en parte, de qué tipo de calefacción se utiliza. Por ejemplo, si se emplean aires acondicionados frío/calor, se genera un ambiente de calor seco y hay que tener en cuenta que se produce una evaporación aumentada de la capa lagrimal, ocasionando “ojo seco”, en este caso, evaporativo. Los síntomas son, principalmente, visión borrosa o fluctuante y sensación de cuerpo extraño o arenilla en los ojos. A su vez, es relevante evitar exponer los ojos directamente a la salida de aire caliente de los equipos de calefacción", explicó el experto.
"En el caso de calefacción a gas e incluso en el caso de la calefacción a leña, sea mediante salamandras u hogares, el tipo de calor generado es más amigable con los ojos ya que no secan tanto el ambiente como los aires acondicionados. Pero, igualmente, y según la temperatura alcanzada, también podrá llegarse al punto de aumentar la evaporación lagrimal. Ante la aparición de síntomas, se pueden utilizar lubricantes, prescriptos por un médico, pero lo ideal es lograr un balance entre una temperatura adecuada, aumentar el abrigo y mantener una ventilación periódica del ambiente", finalizó el oftalmólogo.
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