Cuando llegás al límite, no necesitás “soluciones mágicas” ni frases hechas. Según la psicóloga Romina Halbwirth (@hrominaok), lo que realmente ayuda es un mapa: una forma de entenderte en contexto y reconectar con tu eje sin exigencias. Acá, te compartimos su guía sistémica para esos momentos en los que todo pesa más de lo que podés sostener.
¿Por qué no alcanza con descansar o meditar?
Porque el agotamiento no es solo físico. Es una experiencia sistémica: se cruzan tus emociones, tu mente, tu cuerpo y el contexto que te rodea. Por eso, este enfoque propone mirar más allá del síntoma y entender qué redes internas y externas están desequilibradas.
La clave: no sos una máquina que falla, sos una persona que necesita reajustar sus conexiones.
¿Cómo identificar el verdadero origen de tu agotamiento?
1. Escuchá la trama, no solo el síntoma
Pensate como parte de un sistema: ¿estás cargando de más? ¿Te identificás con el rol de la que siempre puede? ¿Estás atrapada en mandatos que ya no te representan?
Ejercicio: Imaginate como una protagonista de película. ¿Qué papel estás jugando que te drena? ¿Cuál te permitirías soltar?
¿Cómo salir del bucle de lo urgente?
2. Desarmá el bucle del “todo arde”
El estrés apaga el discernimiento. Todo parece urgente, pero no todo lo es.
Sugerencias:
- Separá lo urgente de lo importante.
- Permitite dejar pendientes.
- Usá rituales simples: escribir lo que no vas a resolver hoy y guardarlo.
Ejercicio: Cambiá tu diálogo interno. Pasá de “tengo que” a “elijo”, “priorizo”. Tus palabras reprograman tu percepción.
¿Es normal sentirse agotada incluso haciendo lo que amás?
3. El llamadón® también necesita pausas
Tu pasión y tu don no deberían dejarte sin energía. Agendá pausas regulares, aunque sean breves. No todo es decir que sí.
Ejercicio: Si tu propósito te quema, quizás no es él el problema, sino las condiciones que lo rodean.
¿Cómo poner límites sin sentir culpa?
4. Aceptá el límite como una señal de sabiduría
Un sistema sano tiene límites flexibles. No estás fallando si no podés con todo.
Sugerencias:
- Reconocé tu límite real.
- Decite: “Esto es lo que puedo por hoy”.
- Revisá si estás intentando demostrar algo que ya no necesitás.
Ejercicio: Visualizá tus límites como un puente levadizo. Vos decidís cuándo abrirlo o cerrarlo.
¿Por qué pedir ayuda también es autocuidado?
5. Apoyarte no es un favor, es una necesidad
En redes vivas, pedir ayuda es natural. No sos menos por necesitar sostén, y dar lugar a otros también los fortalece a ellos.
Ejercicio: Identificá tus redes de apoyo y animate a decir “necesito compartir esto”. Aunque no haya solución inmediata, el alivio empieza al hablar.
Volver al eje no es volver a lo de antes: es volver a vos
Sentirte colapsada no significa que estés rota. Estás en un momento de recalibración. En lugar de buscar “volver a lo normal”, preguntate qué es lo que realmente te hace bien.
Como dice la especialista, “no sos un proyecto a optimizar, sos una persona a abrazar”. Permitite ser esa versión de vos que respira, que suelta y que elige vivir con más calma.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Qué es la terapia sistémica?
Es un enfoque que no mira a la persona de forma aislada, sino en relación con sus vínculos, contexto y redes emocionales.
¿Cómo saber si estoy sobrecargada emocionalmente?
Cuando todo parece urgente, vivís agotada y sentís que no podés soltar nada sin culpa, es una señal de que algo está en desequilibrio.
¿Pedir ayuda es signo de debilidad?
No. Al contrario, apoyarte en otros fortalece tus vínculos y es clave para sostenerte a largo plazo.
Fuente: Romina Halbwirth | Psicóloga especializada en orientación vocacional, terapia sistémica integrativa e hipnosis ericksoniana - @hrominaok
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