"No tengo ganas de hacer nada": qué hacer cuando el desgano aparece sin motivo
 

"No tengo ganas de hacer nada": qué hacer cuando el bajón no tiene explicación

"No tengo ganas de hacer nada": qué hacer cuando el bajón no tiene explicación
Te sentís apagada, sin motivo aparente. No estás triste ni feliz, simplemente desconectada. ¿Qué significa ese bajón sin nombre y cómo acompañarlo? La coach Alejandra Pujo nos ayuda a entender este estado emocional y ofrece claves para atravesarlo.

Cuando no tenés ganas de hacer nada, no siempre se trata de tristeza o depresión. Según la coach Alejandra Pujo, puede ser una señal de que necesitás una pausa o un cambio interno.

¿Por qué a veces sentimos un bajón sin motivo aparente?

La coach Alejandra Pujo explica que esta sensación de desgano puede ser una forma del cuerpo y la mente de pedir un freno. No siempre es patológico: muchas veces es un llamado interno a revisar el rumbo, descansar o reconectar con lo esencial.

“En nuestra cultura, tan enfocada en la productividad, este estado se vive casi como un fracaso. Pero es profundamente humano”, explica Alejandra Pujo, coach y fundadora de Emoción en Movimiento.

Cuando no hay una tristeza profunda ni un hecho que lo detone, este desgano puede interpretarse como una especie de niebla emocional. Una sensación interna que desconecta del impulso vital y genera inquietud.

¿Es normal sentirse así?

Sí. Lo importante es despatologizar esta sensación, sugiere la coach. No todo bajón es una enfermedad. A veces simplemente estamos agotadas, emocionalmente saturadas o transitando un cierre de ciclo.

"Muchas veces son señales sutiles que nos invitan a frenar. El alma necesita espacio, no soluciones inmediatas", afirma Pujo.

¿Qué podés hacer cuando no tenés ganas de nada?

En lugar de forzarte a "salir adelante", la especialista propone estas estrategias que pueden ayudarte a reconectar con vos misma:

1. Observate sin juicio

Permitite sentir lo que estás sintiendo. No te etiquetes como vaga o desganada. Estás atravesando un momento que merece atención.

2. Registrá tu cuerpo

¿Dormiste bien? ¿Comiste? ¿Te moviste? A veces el malestar emocional es un reflejo del cuerpo que pide cuidado básico.

3. Conectá con lo pequeño

En vez de presionarte con grandes decisiones, volvé a los detalles: hacé un té, salí a dar una vuelta manzana, escribí una frase. Esos actos simples pueden reiniciar el motor interno.

4. Aplicá la regla de los dos minutos

Si hay una tarea que te lleva menos de dos minutos, hacela. Este principio del método GTD puede ayudarte a recuperar sensación de eficacia.

5. Hablá con alguien que escuche

No se trata de que te den soluciones, sino de que alguien valide cómo te sentís. Una conversación genuina puede abrirte a nuevas perspectivas.

¿Y si simplemente no hacés nada?

Hay un nuevo paradigma que pone en valor la quietud. En una sociedad hiperactiva, no hacer nada también es hacer algo: es escuchar, estar presente, reconectar.

“Muchas veces, en el silencio aparecen las ideas más transformadoras. No hacer también puede ser un acto de poder”, reflexiona Pujo.

¿Por qué es importante repensar este estado?

Este "bajón sin nombre" también puede aparecer en lo laboral o en vínculos. Por eso, además de lo emocional, es una oportunidad para revisar cómo llevamos nuestros proyectos, nuestras exigencias y nuestra autoexigencia.

Cuando te das permiso para frenar, aparece algo nuevo: una conversación más honesta con vos misma.

"No hay evolución sin conexión interior. Ahí empieza el verdadero movimiento", concluye Pujo.

Preguntas frecuentes (FAQs)

¿Sentirse desganada todo el tiempo es normal?
No es raro, pero si se sostiene en el tiempo o interfiere con tu vida cotidiana, conviene consultar a un profesional de salud mental.

¿Cómo diferencio un bajón emocional de una depresión?
El bajón es transitorio y no suele alterar de forma constante tu funcionalidad. La depresión es más profunda y sostenida, y requiere atención médica.

¿Qué pasa si no tengo ganas de hacer nada en el trabajo?
Puede ser una señal de burnout o desmotivación. Revisar tus rutinas laborales y hablarlo con alguien de confianza puede ayudarte a entenderlo.

¿Hacer nada puede ser bueno?
Sí. Recuperar el valor del descanso consciente y la pausa puede ayudarte a reconectar con tus deseos y prioridades.

Fuente: Alejandra Pujo – Coach y fundadora de Emoción en Movimiento

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