¿Y si el sentido de tu vida no estuviera afuera, sino adentro tuyo, esperando ser descubierto? Sentir que tenés un propósito no es solo una frase linda de Pinterest. Es un estado interno que transforma todo: desde tu ánimo hasta tu salud física.
Diversos estudios muestran que quienes sienten que su vida tiene un sentido claro, sufren menos ansiedad y depresión, tienen más motivación y hasta un sistema inmune más fuerte. Sí, el famoso "para qué" no solo impacta en lo emocional, sino también en lo corporal.
Pero, seamos honestas: en un mundo que todo el tiempo nos exige productividad, multitasking y respuestas rápidas, conectarnos con nuestro propósito puede sonar tan lejano como un viaje a Bali sin señal de Wi-Fi.
¿Y si no tuvieras que buscar tu propósito, sino recordarlo? Acá es donde entra en juego una herramienta que puede cambiar el enfoque: el Diseño Humano. ¿De qué se trata? Es un sistema de autoconocimiento que combina sabidurías ancestrales como la astrología, el I Ching y los chakras con ciencia moderna. Y no, no te lee el futuro, sino que te muestra cómo funciona tu energía, cómo estás diseñada para tomar decisiones y qué tipo de experiencias viniste a vivir.
El Diseño Humano no te dice qué hacer, pero sí te revela cómo sos más auténticamente vos. Y cuando dejas de forzar lo que no te corresponde —trabajos, vínculos, estilos de vida que te drenan— y empezás a moverte en coherencia con tu diseño, algo mágico (y muy real) sucede: el propósito deja de ser una búsqueda y se convierte en una forma de habitarte.
Bienestar no es perfección, es alineación
Cuando vivimos desconectadas de lo que somos en esencia, el cuerpo lo sabe: fatiga, insomnio, irritabilidad, esa sensación de estar apagada o en piloto automático. Por el contrario, cuando nuestras elecciones están en sintonía con nuestra energía natural, todo fluye más suave. No porque la vida se vuelva perfecta, sino porque dejamos de pelearnos con nosotras mismas.
¿Un ejemplo? Hay personas que están diseñadas para iniciar, otras para guiar, otras para sostener procesos. Cuando cada una se permite ser quien realmente es, en lugar de intentar encajar en un molde, se enciende. Literal.
¿Cómo empiezo a conectar con mi propósito?
No necesitas renunciar a tu trabajo, irte a la India ni tenerlo todo claro. Empezá por hacerte preguntas simples y poderosas:
¿Qué decisiones me llenan de energía? ¿Cuáles me la quitan?
¿Qué actividades me hacen sentir viva?
¿Estoy eligiendo desde el deber o desde el deseo?
¿Qué partes de mí estoy escondiendo para encajar?
Explorar tu carta de Diseño Humano puede darte respuestas concretas y personalizadas a estas preguntas. Es como mirar tu plano energético: no para encasillarse, sino para liberarte de lo que no va más.
Vivir con propósito es vivir con intención
Tu propósito no es un único camino, ni un título profesional, ni un logro. Es la manera en que elegís habitar tu vida, con lo que te hace bien, con lo que te enciende. A veces se manifiesta como un trabajo, otras como una forma de maternar, crear, compartir, escuchar, inspirar. Lo importante es que te refleje. Que te incluya.
Porque al final del día, lo que de verdad importa no es tener todo resuelto, sino sentir que estás donde tenes que estar. Y para eso, no hay GPS más confiable que el de tu propia energía.
Tu energía sabe el camino. Tu único trabajo es dejar de resistirte a lo que ya sos.
Fuente: Mariel “Maru” Gutiérrez – Coach ontológica - Especialista en Diseño Humano
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