La moda siempre supo cómo provocar, pero ahora el cuerpo —y más precisamente, su vello— se convirtió en la nueva herramienta de impacto. En una era donde los límites entre arte, activismo y marketing son difusos, las grandes marcas apuestan a lo que genera conversación. Y lo logran.
Kim Kardashian, fue la primera en poner el tema sobre la mesa. Su marca de lencería, SKIMS, lanzó una bombacha con vello púbico postizo que se agotó en menos de 24 horas. Una línea bautizada Fake Pubic Hair que rompió internet y despertó todo tipo de reacciones. Algunos la celebraron como un gesto de body positivity, otros la criticaron por convertir el discurso de aceptación corporal en un accesorio de lujo.
Detrás del escándalo, un dato curioso: mientras millones invierten en depilación láser o tratamientos estéticos, Kardashian propone “probar la naturalidad” sin dejar de depilarte. ¿Transgresión o negocio perfecto?

Jean Paul Gaultier: el desnudo como discurso
En la Semana de la Moda de París, el diseñador Duran Lantink, nuevo director creativo de Jean Paul Gaultier, llevó la provocación a otro nivel con su debut: una colección llamada Junior, donde los trajes simulaban cuerpos desnudos con vello visible y anatomías hiperrealistas.

Los bodys translúcidos con impresión de torsos masculinos, pechos de látex y genitales a la vista se convirtieron en el foco de todas las miradas. Algunos críticos lo calificaron como “el equivalente a una foto íntima no solicitada en versión pasarela”, mientras otros celebraron la osadía y el guiño al legado rebelde del propio Gaultier, el eterno enfant terrible de la moda.

Lejos de la simple provocación, Lantink parece usar la piel —real o impresa— como un lienzo político: mostrar lo que la industria suele tapar, devolverle textura al cuerpo y desafiar la idea de que la moda es solo estética.
¿Liberación o marketing con piel?
Entre el vello postizo de Kim y los catsuits desnudos de Gaultier, el mensaje se vuelve claro: el cuerpo vuelve al centro del debate. Pero la pregunta sigue abierta: ¿se trata de una verdadera reivindicación o de una nueva forma de capitalizar la polémica?
En una industria que vive de los titulares virales y las redes sociales, cada gesto cuenta. La provocación vende, el escándalo atrae, y el cuerpo —en todas sus formas— sigue siendo el escenario donde la moda juega a provocar, seducir y, a veces, hacer pensar.
Lo cierto es que el vello, la piel y las curvas ya no se esconden: se muestran, se exageran y se celebran. En esa tensión entre arte y mercado, la moda vuelve a recordarnos que el cuerpo, con o sin filtros, sigue siendo la prenda más poderosa de todas.
Suscribite al newsletter de Para Ti
Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos:


