El documental Número desconocido: un escándalo de ciberacoso escolar se convirtió en tendencia en Netflix y ya ocupa el primer puesto del ranking internacional. La producción expone el caso de Kendra Licari, una mujer de Michigan que mantuvo en secreto un entramado de acoso digital dirigido contra su propia hija, Lauryn, y su novio, Owen McKenny, entre 2020 y 2022.
Lo que empezó con mensajes anónimos que parecían bromas pronto escaló a amenazas explícitas, con hasta 50 textos diarios cargados de insinuaciones sexuales y hostigamiento. Durante más de un año, la vida de los adolescentes y de la comunidad de Beal City quedó atravesada por el miedo y la incertidumbre.
El giro inesperado en la investigación
En un primer momento, las autoridades locales sospecharon de compañeros de escuela y del círculo cercano de los adolescentes. Sin embargo, el uso de aplicaciones que generaban números telefónicos nuevos en cada contacto frustró los intentos de rastreo.
La situación cambió cuando intervino el FBI, que logró vincular los mensajes a una dirección IP concreta. La sorpresa fue total: la responsable era Kendra Licari, la propia madre de Lauryn. Fue arrestada en diciembre de 2022, después de meses de ocultar su accionar bajo la apariencia de una vida normal.
Una vida ejemplar que ocultaba un secreto
Antes del escándalo, Kendra era vista como una madre activa y una mujer extrovertida, conocida por su trabajo en el departamento de tecnología de la Ferris State University y por acompañar a su hija en distintas actividades deportivas.

Pero en 2021, tras una crisis profesional, su comportamiento cambió drásticamente. Renunció a su empleo y fingió seguir trabajando desde casa, inventando rutinas laborales ficticias. En el documental, familiares y amigas la describen como alguien que pasó de ser “el alma de la fiesta” a volverse introvertida y reservada.
La confesión y las secuelas familiares
En marzo de 2023, Kendra se declaró culpable de dos cargos de acecho y fue sentenciada a cumplir entre 19 meses y cinco años de prisión. Poco después, su exmarido, Shawn Licari, solicitó el divorcio y obtuvo la custodia total de Lauryn.
El documental también muestra la reacción de incredulidad de la adolescente y el impacto devastador en la comunidad de Beal City, que aún debate cómo alguien tan cercano pudo sostener una campaña de hostigamiento tan dañina.

Hoy, aunque Kendra y Lauryn tienen prohibido cualquier contacto, Número desconocido revela el deseo de ambas por recomponer, en algún futuro, una relación marcada por el dolor y la traición.
Un documental que abre debate
Más allá del impacto del caso, Número desconocido invita a reflexionar sobre los riesgos del anonimato digital y sobre cómo el acoso puede surgir incluso en los vínculos más íntimos. En un contexto donde el ciberbullying es cada vez más frecuente, la historia de los Licari se convierte en una advertencia sobre la fragilidad de la confianza en la era digital.
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