Julián Weich sorprendió al hablar con total honestidad sobre una etapa difícil de su vida. En diálogo con la astróloga Lourdes Ferro, el conductor contó que durante mucho tiempo pensó en quitarse la vida y que fue a través de los registros akáshicos —una práctica espiritual que sostiene que las almas atraviesan diferentes vidas— que logró sanar esa sensación.
“Me hago registros akáshicos”, comenzó relatando Weich, con una sonrisa. “Y me pregunta la señora que me los hacía: ‘¿Usted piensa mucho en suicidarse?’. Le digo: ‘Todo el tiempo’”.
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El conductor explicó que la respuesta de su guía fue decisiva: “Me dice: ‘No lo haga, porque ya lo hizo en todas sus vidas anteriores y no le sirvió. Hizo sufrir a mucha gente con todos sus suicidios’. Y para mí fue mágico eso, porque nunca más se me ocurrió”.

Luego profundizó sobre el origen de esas emociones: “Mi grado de angustia era tan grande... Desde chico veía lo que no se veía, sentía lo que nadie me decía, y tenía una percepción enorme. Era muy angustiante. Tuve muchos bajones y la idea de morirme estaba dando vueltas, aunque nunca hice nada”.
Con el tiempo, logró entender lo que le sucedía: “Cuando resolví, a través de los registros akáshicos, que no era algo mío sino que lo vengo arrastrando de vidas anteriores, dejó de ser un problema. Dije: ‘Ah, esto es algo hereditario’. Como si alguien te dijera: heredaste un tanque de guerra. ¿Y para qué lo quiero si no me interesa usarlo? Lo dejo ahí y que se arreglen”.
Finalmente, Weich cerró su testimonio con una reflexión luminosa: “Para mí fue muy revelador, muy interesante. Fue entender algo que me acompañó toda la vida y que hoy ya no me pesa”.
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