Laura Cerati, hermana del recordado Gustavo Cerati, compartió en sus redes sociales una reflexión emotiva tras conocerse la noticia de que los restos hallados en una casa de Coghlan pertenecían a Diego Fernández, un joven de 15 años desaparecido en 1984.
En su posteo, Laura citó un fragmento de una nota periodística que resume el valor que tuvo la difusión pública para que el caso pudiera esclarecerse. “El terreno donde ocurrió el hallazgo había pertenecido a una casona que fue alquilada entre 2001 y 2003 por Cerati. Aunque el músico no tuvo relación alguna con el hecho, su vínculo con la vivienda ayudó a visibilizar el caso y a despertar el interés público. Esa difusión fue clave para resolver una desaparición que llevaba cuatro décadas sin respuesta”, se lee en la captura que compartió.
Sobre ese mismo texto, Laura escribió una frase breve pero conmovedora: “Finalmente se supo”, acompañada por un emoji de cara triste.
Un caso que estremeció: el hallazgo de los restos y el vínculo con Cerati
El 20 de mayo de 2025, obreros que realizaban tareas de excavación en una obra en avenida Congreso 3742 encontraron restos humanos a 60 centímetros de profundidad. El caso generó una fuerte repercusión cuando se conoció que la vivienda lindera a ese terreno había sido alquilada por Cerati décadas después de la desaparición del joven.
Según reveló el informe de Para Ti, junto al cuerpo fueron halladas pertenencias que permitieron iniciar la identificación: una suela, un corbatín escolar, un reloj Casio de los años 80, una llave y una moneda japonesa que por entonces los adolescentes usaban como amuleto.
Gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense y las pruebas de ADN, finalmente se confirmó que los restos pertenecían a Diego Fernández Lima, quien había sido visto por última vez en 1986, cuando tenía 15 años.
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El testimonio de la familia: “Mi papá se murió buscándolo”
Este miércoles el hermano de Diego dio una entrevista a un noticiero de América TV en la que compartió su dolor y alivio ante la confirmación de la identidad. “Mi papá se murió buscándolo”, dijo conmovido. "Diego tenía solo 15 años, ese día salió de casa diciendo que iba a lo de un amigo. Era un buen pibe, jugaba en Excursionistas”, agregó.
El hombre contó que necesita justicia por su mamá, su hermana y los amigos de Diego. “En su momento, mis papás y la policía interrogaron a todos los amigos del colegio y del club. Pasaron 41 años. Mi mamá tiene 87 y está bastante bien, pero no recuerda…”, explicó.
El hombre contó que necesita justicia por su mamá, su hermana y los amigos de Diego. “En su momento, mis papás y la policía interrogaron a todos los amigos del colegio y del club. Pasaron 41 años. Mi mamá tiene 87 y está bastante bien, pero no recuerda…”, explicó.
Sobre la incertidumbre que atravesaron durante décadas, Javier agregó: “Para mí pasó que, como era saliendo de la dictadura, pensé que lo habían chupado, que estaba en la agenda de alguien y lo secuestraron. No había celulares, no había cámaras. Mi papá hizo todo. Nos conocen todos en el barrio, todavía estamos acá...”.
También relató que una persona llegó a ver a Diego desde un colectivo. “Le gritó ‘¿qué hacés, Gaita?’, como le decían en Excursionistas. Pero no sabemos nada más”.
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