Pasaron más de tres décadas desde que Cindy Crawford y Richard Gere protagonizaron una de las historias de amor más mediáticas y glamorosas de Hollywood. Se conocieron en 1988, cuando ambos estaban en la cima de sus carreras, y se casaron por sorpresa en Las Vegas en 1991. Aunque el matrimonio duró solo cuatro años, su imagen como pareja quedó grabada como símbolo de una época.

Hoy, esa historia tiene un giro inesperado: sus hijos, Kaia Gerber y Homer Gere, actuarán juntos por primera vez en la serie The Shards, producida por Ryan Murphy. La noticia fue confirmada por el portal ¡Hola! y rápidamente generó revuelo: no solo por el proyecto en sí, sino por la coincidencia de que los hijos de una expareja tan emblemática estén compartiendo pantalla, 30 años después.
Un casting que parece guiado por el destino
The Shards es una adaptación de la novela de Bret Easton Ellis, autor de American Psycho, y se ambienta en Los Ángeles durante los años 80. El tono oscuro y nostálgico de la serie parece estar en sintonía con el aura de glamour y misterio que rodeó durante años la relación entre Cindy y Richard.

Kaia, que ya tiene experiencia como actriz y musa de Murphy, suma otro rol en su carrera, mientras que Homer —quien hasta ahora había mantenido un bajo perfil— hace su debut frente a cámara. Ambos, nacidos después del final del matrimonio entre sus padres, representan a una nueva generación con fuerte herencia cultural y estética.
Cindy y Richard: la pareja “it” de los 90
En esta nota de Para Ti, repasamos el romance entre Gere y Crawford: se conocieron cuando ella tenía 22 y él 39, y si bien nunca fueron de mostrar su vida privada, cada aparición conjunta se convertía en un evento. Tras su divorcio, ambos siguieron caminos diferentes pero exitosos, y formaron sus respectivas familias.

Ahora, sin buscarlo, sus hijos reescriben un cruce inesperado en el universo del entretenimiento. La historia se repite, aunque con nuevos protagonistas y otro guion.
Una generación con herencia y nuevos caminos
La participación de Kaia y Homer en The Shards no solo despierta curiosidad por la conexión entre sus padres, sino también por lo que ellos pueden aportar desde su propia identidad. Con talentos distintos pero trayectorias en ascenso, este encuentro marca un punto de contacto entre pasado y presente, entre lo que fue una de las parejas más recordadas del espectáculo y el futuro que ya empezó a escribirse en la pantalla.
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