"Mi hijo estaría orgulloso de que donara sus juguetes": el primer Día del Niño de Natalia Ciak sin Joaquín, el nene asesinado por su papá en Lomas - Revista Para Ti
 

"Mi hijo estaría orgulloso de que donara sus juguetes": el primer Día del Niño de Natalia Ciak sin Joaquín, el nene asesinado por su papá en Lomas

En su primer Día del Niño sin Joaquín, Natalia Ciak comparte su dolor y la dura verdad de una relación violenta. Mientras separa los juguetes de su hijo de 8 años, asesinado por su padre en Lomas de Zamora, busca que su testimonio sea un faro para otras mujeres: "Jamás pensé que lo tocaría. Solo quería un divorcio sano".
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Hoy, 17 de agosto de 2025, Día del Niño, Natalia Ciak lleva un nudo en la garganta. Intenta anestesiar su dolor con pastillas, pero es imposible. Entre sus manos, sostiene peluches, autos de juguete y muñecos que alguna vez llenaron de risas la vida de Enzo Joaquín, su hijo de 8 años, asesinado por su papá. Con cuidado, los va seleccionando para donarlos, intentando que algo de esa alegría que él dejó pueda llegar a otros niños.

Se trajo cajas de lo que ella llama “la casa del horror”, aquella casa en donde debería haber sido feliz, pero que -en cambio- le recuerda la tragedia que cambió su vida para siempre: Alejandro Javier Ruffo, su ex pareja y padre de Joaquín, le quitó la vida a su hijo por asfixia por compresión extrínseca de cuello y luego intentó suicidarse.

Entre lágrimas y silencios, Natalia encuentra la fuerza para romper el silencio. A través de sus redes sociales, dejó mensajes desgarradores: “Vas a arder en el infierno... Con Joaquín no”. Y mientras selecciona los juguetes de su hijo para donarlos, su gesto se convierte en un acto de amor y de desapego, un homenaje que busca que otras mujeres no tengan que vivir su dolor.

En esta entrevista, Natalia abre su corazón como nunca antes: habla de su relación, del día de la tragedia y del mensaje urgente que quiere transmitir a todas las mujeres. Sus palabras, crudas y sinceras, son un grito de dolor, impotencia y furia que conmueve y atraviesa, y nos permiten asomarnos al vacío que deja la pérdida de un hijo y al coraje de quien intenta transformar tanto sufrimiento en un acto de memoria y amor.

El posteo que Natalia le dedicó a su hijo en este Día del Niño especial.
El posteo que le dedicó una mamá del colegio a Joaquín
en este Día del Niño especial.

-Hoy es el Día del Niño, el primero sin Joaquín. Contanos cómo estás viviendo este día tan especial.

-En este momento estoy con las cajas con sus cosas que pude rescatar de la casa -porque ya no es más mi casa-, separando sus juguetes. Es mi conexión con él... No querría queden acumulando tierra dentro de cajas... solíamos hacer limpieza en casa juntos, le preguntaba qué vas a usar, qué no vas a usar y él sentía felicidad en donarlos a algún hermano menor de amigos, o siempre por casa pasaban a pedir y guardaba cosas para regalar. Ahora estoy separando sus juguetes, ver qué hay para dividir entre sus amigos, ver con qué quedarme. Sé que él estaría orgulloso de que hiciera esto. Así estoy pasando mi primer Día del Niño sin Joaquín: separando sus sus juguetes. Fue un nene que marcó mucho. Hay que repartir sus juguetes.

"Joaquín confiaba en mí"

-¿Cómo era Joaquín? Si tuvieras que describir a Joaquín con tres palabras, ¿cuáles serían?

-De bebé teníamos una conexión muy fuerte. Siempre le decía "a mí me contás todo lo bueno y lo malo también, así resolvemos. Él confiaba cien por ciento en mí. Cada cual elige cómo maternar o paternar. Para mí, el diálogo y que él confiara era la clave.

Hay cosas que yo de mis padres mantengo y otras que quise cambiar: quise el acercamiento, el diálogo, el confianza, el "contarme todo, no tengas miedo" y lo logré. Joaqui me percibía a mí, mi sensación, mis sentimientos. Yo siempre le dije, "Joaqui, a este mundo venimos a ser felices y a dejar nuestra mejor versión." Ese era mi mensaje para él... Era fuerte, bondadoso, inteligente.

Una de las últimas fotos de Natalia con Joaquín
Una de las últimas fotos de Natalia con Joaquín

"Era agarrarme, ponerme contra una pared, decirme "yo voy a cambiar, perdoname, no lo hago más"...

-¿Qué fue lo que más te preocupaba de la relación con tu ex pareja? Sostenés que no es psiquiátrico.

-No, él no es psiquiátrico. Para nada. En los últimos 2 años tuvo un cambio bastante rotundo, de alejamiento social, no quería venir. Solía venir siempre a la casa de mis padres, compartir fines de semana, pileta, asados... Veía en él un aislamiento social, no entendía, pensaba que tenía una depresión, de hecho yo muchas veces le había dicho de ayudarlo... Y él me decía "No, no, no, yo esto lo resuelvo yo solo".

Peleas, discusiones... De repente pasé de ser la mujer perfecta, ideal... Como le decía, "¿Cuántos hombres querrían llegar a su casa y ver su casa limpia, ordenada, perfumada, con un hijo inteligente, sano, deportista, buen alumno, buen amigo, los nenes del aula de Joaqui, sus compañeros, sus amigos, amaban venir a mi casa...

A él, de repente, le empezó a molestar todo... que vinieran chicos a mi casa, ya era producto de discusión. Obviamente por respeto a Joaqui, siempre manejé la situación de otro modo, de mantener las formas, pero más que nada para cuidarlo a él, su integridad. Para mí era súper sano el hecho de que a los chicos les gustara venir a mi casa, de hecho no se querían ir, ya le conocía las mañas a a todos, qué le gustaba a uno, al otro, un mimo con alguna cosa dulce, alguna sorpresa, un paquete de figuritas... Él, si venían los chicos, se iba. Me decía, "¿A qué hora lo vienen a buscar?... A esa hora me vuelvo. Porque no tengo espacio para mí".

Todo le molestaba, que "si limpias acá, que que si apoyas la olla dentro de la bacha, la vas a desfondar y entonces arréglate vos"... Yo ya me había hartado de eso, además era la que bancaba económicamente absolutamente todo. Él tenía una parte, pero yo me sentía un banco. Si me compraba algo, me decía: "Me estás ocultando que te lo compraste, ¿ves que sos una mentirosa?, me lo ocultás. ¿Por qué no me dijiste? En realidad tenías que ir conmigo a elegirlo"... Te hablo de un suéter, de una remera. Y yo sentía que cada vez se volvía más cíclico y más tóxico. En un momento busco una terapeuta y ella me dice, "¿Por qué estás haciendo terapia para soportar?". Y yo ya sabía que ella me llevaba para el camino del divorcio, o sea, la separación y la dejé.

Hacía ya dos años que yo le decía "Me quiero separar, me quiero separar"... Era agarrarme, ponerme contra una pared, decirme "yo voy a cambiar, perdoname, no lo hago más". Y confié. Obviamente, cuando hace un mes y medio atrás tuvimos una discusión muy fuerte, donde yo ya estaba harta y creo que él también, y le digo que yo me iba a ir, o sea, que nos íbamos a ir, porque él sostenía que ésa era su casa. Yo le quería hacer entender que la casa era de Joaquín, que no era de él.

Empezamos terapia, y yo sentía en un punto como el me decía "me voy en 10 días", como que funcionaba. Además siempre yo le hablé desde el lado de la separación, de mantener un vínculo sano. Joaquín también, él entendía esto de "mamá y papá van a ser siempre mamá y papá, vamos a estar siempre al lado tuyo, en los actos, en los partidos de fútbol, en lo que sea que tengas".

Él ya lo percibía, a mi mamá -su abuela- le había dicho: "Mamá y papá pelean todos los días en mi casa". Él ya estaba también harto de esa situación. Ya no nos quería ni escuchar. Siento que ésa ahora es la casa del horror. Además, Alejandro siempre me decía: "¡¿Qué querés, que te hable a las doce de la noche?! Si, además, él siempre está"... Todo era adelante de Joaquín.

"Nunca fue un padre amoroso ni que quisiera vincularse con Joaqui"

-Me dijiste que dejaste tu casa...

-Soy de Zona Norte Florida me crié acá... hasta mis 30 años que me mudé a Lomas de Zamora por Alejandro... él tiene una hija que vive en Lanús y para mantener ese vínculo, yo me moví... Con el tiempo vi que ese vínculo también era prácticamente nulo como el que tuvo con Joa. Pero al menos en su matrimonio anterior fue hombre que tomó sus cosas y se fue. Hoy su hija tiene 20 años. Acá se obsesionó, no soporto otro quiebre... Pienso eso. Porque no tiene explicación natural.

"Teníamos una conexión especial"
"Teníamos una conexión especial"

-¿Cómo percibías la violencia en la relación y qué señales había, que tal vez en ese momento no dimensionaste? Mencionaste que jamás pensaste que tocaría a Joaqui.

-¿Cómo la justicia ayuda a una mujer que es víctima de violencia emocional? ¿Cómo se prueba la violencia psicológica?... No quería exponer a Joaqui... y no sabía cómo él iba a reaccionar... Sí, tenía miedo el último tiempo, pero por mí. El narcisista siempre tiene razón. Siempre es un ser de luz para el afuera. Por dentro te manipula y te deja sin poder accionar.

Como me dijo la psicóloga en este momento, era narcisista, un ser superior que se las sabía todas con mucho sentido común. La culpa de todas las cosas siempre eran mías. No tenía ningún tipo de de señal o más allá de la violencia verbal hacia mi persona. Por ahí sí, mucha vehemencia o nerviosismo. Nunca fue un padre amoroso ni que quisiera vincularse con Joaqui, cosa que creo que tenía bastante celos de esa relación mía con él. Pero en ese yo con él hago lo que quiero, jamás pensé iba a ponerle un dedo encima, de verdad. No, no, no, no. Yo no vi ninguna señal. Eh, todos temían por mí. Hasta creo que yo tenía por mí.

Él me decía, "Vos me tenés miedo a mí... Si yo no mato ni una mosca". Pero las discusiones a veces eran cíclicas, como le digo a la psicóloga, "él me llevaba a mí a mi peor versión porque intentaba explicarle al otro con raciocinio, pero él siempre salía con que "la culpa es tuya, vos lo hiciste". Y llega un punto que tu mente explota. Yo ya me había cansado de todo eso de las cosas, los insultos, todo y yo dije, "Yo hasta acá llegué". Además, había perdido el amor, lo veía como el papá de Joaquín, yo ya lo había dejado de ver como hombre.

"No llegue a tiempo para Joaqui. Jamás creí lo tocaría"

-Dijiste que querés que tu testimonio ayude a otras mujeres, ¿qué les dirías a aquellas que están viviendo maltrato?

-Pidan ayuda... hablen... no sientan prejuicios... no tengan miedo... Se vanalizó el tema de la violencia femenina... Creo que hubo un abuso de la misma, no sé si me explico... Entonces de repente pasa algo real y se toma a la ligera, o ni sabés si van a creerte.... Cuando podés y te sentís, fuerte hacelo, salí del círculo, sacá la culpa. No llegue a tiempo para Joaqui. Jamás creí lo tocaría.

-Recientemente se conoció la sentencia a favor de Julieta Prandi. ¿Cómo imaginás que debería actuar la Justicia en tu caso, después de lo que pasó con esa sentencia?

-Aún no declaré... Creo que es todo muy claro. Demasiado. No hay grises.

-Si tuvieras que cruzarte con el padre de Joaquín, ¿qué sentís que le dirías o qué te gustaría expresar?

-Silencio ... él sabe lo que hizo ... no voy a caer... Joaquín quiere yo siga su huella. No me voy a rebajar. En el fondom ¿sabés?... su padre me da pena. Arruinó algo sin sentido... se arruino él... pienso cómo lo verá Joa desde donde está, ¿qué pensara?

-Nati, en medio de tanto dolor, ¿qué es lo que te da fuerzas para seguir adelante?

-Hoy las pastillas de algún modo si las necesito. Recibo cosas tan lindas... sus amigos que me dicen "te amamos, te queremos, ¿estás bien?". Lo miro, lo miro en las fotos, lo miro en las sonrisas, lo miro en los videos, sigo escuchando su voz, le escribo, empecé a escribir, le escribo todas las noches, todo lo que hago en el día, le expreso lo que siento, porque a veces la medicación te mantiene en pie, pero no deja que sueltes.

Como le decía hoy a mi hermana, "Ay, dejaría todo de tomar para sentir y para llorarlo de verdad. Porque no lo procesé. No sé lo que hice. Me parece que el tiempo fueron, estos flashes."

-Mencionaste sentir culpa por no haber visto señales. ¿Qué nos podés decir al respecto?

-Culpa... sí... mucha... porque no lo vi... no vi ni yo, ni nadie, señales....

"Siento que es la casa del horror"

-Joaquín dejó una huella inmensa. ¿Qué significa para vos ver el cariño y el apoyo que la gente le sigue demostrando?

-No es un ser que se podrá olvidar!. Recibo infinidad de muestras de amor y de cariño de gente, de vecinos, de personas que Joaqui dejó una huella. No pasaba desapercibido en el deporte, como alumno, como amigo. Ni en su escuela de fútbol, ni en su colegio, ni por donde pasó. Hay gente, vecinos que me han escrito brindándome su apoyo, de justicia, de pedir justicia y han llevado carteles a la puerta de la casa. Yo le digo "la casa" porque ya no es más mi casa. Siento que es la casa del horror. Y a veces pensás que pasás desapercibida, que nadie te ve. Y tus hijos, en este caso mi hijo, era el reflejo de lo que como mamá le brindé. Entonces, me quedo con eso. Eso me da fuerza.

-Si tuvieras que dejar un mensaje final, ¿cuál sería?

-Quiero justicia y que mi testimonio pueda ayudar a otras a no padecer mi dolor. Quiero que él se sienta orgulloso de su mamá. Eso quiero. Estaba orgulloso de mí y me decía, "mamá, crétela. Crétela un poco más". Quiero que esté orgulloso de mí. Y ese es el camino que quiero seguir y hacer. Eso me da fuerza. Nada más.

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