En 2017, Kayla Unbehaun tenía 9 años y vivía con su padre, Ryan Iserka, en South Elgin, Illinois. Ese 4 de julio, su madre, Heather Unbehaun, fue a buscarla con el pretexto de pasar una noche de campamento. Nunca regresó.
La mujer, que ya había perdido la custodia de su hija, desactivó sus redes sociales y apagó su celular. El padre denunció la desaparición y comenzó una búsqueda incansable. Abrió la página de Facebook Bring Kayla Home, donde actualizaba mensajes y fotos con la esperanza de que alguien pudiera reconocerla.
El caso se volvió mediático: Heather fue acusada de secuestro de menores, la Policía siguió pistas en todo el país y el padre pidió ayuda económica para contratar un investigador privado. Sin embargo, durante casi siete años no hubo rastros concretos de la niña.
De Netflix a la realidad: la pista clave
La historia llegó a la última temporada de Misterios sin resolver (2022), la serie documental de Netflix que repasa enigmas de la vida real. En el episodio “Secuestrados por sus padres”, se mostró una proyección de cómo se vería Kayla como adolescente. Esa imagen fue clave.
Un año más tarde, un empleado de una tienda de segunda mano en Asheville, Carolina del Norte, reconoció a Kayla y a su madre gracias a lo que había visto en el programa. Inmediatamente alertó a la Policía, que confirmó la identidad de ambas.
El reencuentro
El 13 de mayo de 2023, Heather Unbehaun fue detenida en Carolina del Norte y acusada de secuestro. Días después, quedó en libertad bajo fianza, con la obligación de permanecer en Illinois y usar un dispositivo de monitoreo.
Kayla, ya de 15 años, volvió con su padre en South Elgin. En un comunicado difundido por el National Center for Missing & Exploited Children, Ryan expresó:
“Estoy muy contento de que Kayla esté en casa a salvo. Gracias a todos los que ayudaron a mantener viva su historia y nos acompañaron en esta búsqueda”.
La detención de Heather Unbehaun y la custodia de Kayla
En mayo de 2023, Heather Unbehaun se entregó a las autoridades días después de que su hija Kayla fuera encontrada sana y salva en Carolina del Norte y se reuniera con su padre, Ryan Iserka, quien tenía la custodia desde 2017. Antes del secuestro, la custodia total de Kayla ya había sido otorgada a Iserka porque la madre se había mudado con la niña a Georgia y estaba “jugando con los problemas médicos y de salud” de su hija, según el abogado del padre. El juez decidió que Ryan tendría “toda discreción exclusiva para tomar todas las decisiones relacionadas con el tratamiento médico y el cuidado de la menor”, limitando los derechos de Heather a visitas supervisadas.
Heather fue acusada de secuestro de menores, estuvo detenida en Illinois y quedó en libertad bajo fianza con restricciones de movilidad y monitoreo electrónico.
Tras la resolución del caso, creó una cuenta de Instagram en la que comparte fotos de su hija. Sin embargo, según la legislación vigente, hoy Kayla debe tener 22 años y la madre no puede volver a verla hasta que ella lo decida, lo que fija un límite legal en ese contacto.
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