A los 45 años, Elba Marcovecchio está atravesando uno de los momentos más felices de su vida, casada desde hace seis meses con Jorge Lanata y al mando de una exitosa carrera profesional. Sin embargo, esta abogada que representó a figuras del ámbito artístico como Flor de la V y Claudia Villafañe, tuvo que hacerse fuerte desde niña para superar pérdidas que la marcaron profundamente. De su lucha, su pasión y sus sueños es lo que habla en esta nota.
Sensible, delicada. Pero también aguerrida y luchadora. Así la vimos a Elba Marcovecchio, abogada, 45 años, mamá de Valentino (14) y de Allegra (12) y desde abril pasado, esposa de Jorge Lanata (62). En esta nota, esta mujer muy trabajadora, que admite no saber cocinar pero que ha defendido en los Tribunales a famosas como Flor de la V, Valeria Lynch y Claudia Villafañe entre otras personalidades, revela que su vida no ha sido un lecho de rosas, aunque ahora está pasando un gran momento.
Siendo niña perdió a su papá, un referente en su vida, muerte que fue sinónimo de privaciones para la familia que integraba junto a su mamá y sus tres hermanos. Sin embargo, la garra pudo más y a los 21 se recibió de abogada en la Universidad de La Plata y ya establecida, se casó.
Pero la felicidad duró poco y cuando sus hijos eran muy chicos, quedó viuda, comenzando a transitar uno de los momentos más tristes de su existencia. El presente, sin embargo, la encuentra plena, muy enamorada y soñando con un futuro con más verde y más viajes. Con ustedes, Elba.
-Hermosos, por suerte me conocía y nunca esperó que cocinara ni que hablara de política, aunque confieso que espero para los próximos meses que venga a la cancha a alentar a Estudiantes...
-Me gusta su humor y cuando me consiente, es mi debilidad. Me enoja que no grite los goles de Estudiantes... insisto: no pierdo las esperanzas.
- ¡Si, soy re hincha de Estudiantes! Pero no voy mucho a la cancha. Generalmente va Valentino con mi hermano Sergio, que es un plan hermoso para ellos.
-Es difícil conceptuar el término de "pareja", pero para mí es cuando ya trasciende el salir con alguien, por más que salgas con exclusividad a tener proyectos, a querer compartir tu vida. En ese sentido, Jorge fue el único y por eso se lo presenté a mis hijos.
-Sí, aún no lo concretamos, pero la decisión devino por lo bien que estamos juntos.
-Desde muy chica, recuerdo una imagen sentada en el regazo de mi papá mostrándome los planos de una fábrica y me pregunta, ¿vas a ser ingeniera, no? Nooo, le digo, abogada… como Petrocelli. Nunca tuve dudas.
-Sí, era muy chica, él se enferma a mis cuatro o cinco años y fallece cuando recién cumplía nueve. Fue muy duro. En momentos como ese aprendés lo que es perder de verdad, pasamos a que una Coca Cola se abriera para un cumpleaños, pero lo único que extrañaba era a mi papá.
Mi mamá siempre fue muy dulce y nos educó bien, nos hizo crecer fuertes sin victimizarnos, de hecho no nos ayudaba a hacer las tareas para que aprendiéramos a valernos por nosotros mismos, una gran maestra.
-Sí, fue hace diez años, en agosto de 2012. Diez meses antes, en un día lo diagnostican y me dan el pésame a las 11 de la noche. Todo lo que siguió fue tan intenso y tan profundo que atravesamos todos los estados. Los chicos eran dos bebés, fue muy duro decirles que su papá no iba a volver, pero no les podía mentir. Te juro que en ese momento querés mentirles, los ojos de Valen me pedían que le dijera que eso no era así…
Me concentré en ellos y en el trabajo, me disocié, no podía sentir, sentir dolía, pero mis hijos me necesitaban, no me importaba nada de mí. Poco a poco conecté con el alma, en un proceso lento que costó un año y medio sacarme la alianza.
-Comenzó la segunda vez que lo ví. La primera vez no lo había visto, estaba trabajando y lo único que me importaba era mi defendida y sólo miraba lo linda que estaba vestida. Pero la segunda vez que lo ví a Jorge, ahí lo ví, sentí todo de inmediato. ¿Química? Algo increíble que se da cuando amás, no sé si él me amará así, pero yo sí jajajaja.
-¡De pijama lindo por supuesto! No sé cocinar, no sé lavar, ni tender la cama, pero sí que la vida sea divertida. Cuando vienen amigas de mis hijos, no cocinamos cookies, nos divertimos en el vestidor y adoro ver las caras, adoro que se prueben todo y ¡cuanto más brillos mejor!
-Me encantan los zapatos, mis favoritos son las sandalias y los stilettos de taco súper finito. La moda me divierte mucho, disfruto vestirme incluso para ir a trabajar y admiro a los diseñadores creativos como Gino Bogani, que es lo más. Me hizo el vestido de novia y en la entrega de los Martín Fierro a la radio me voy a poner un diseño de él.
Disfruto mucho la moda. También me gusta mucho lo vintage, me parece que es un concepto no solo divertido, ya que salís de lo qué hay en mercado actual, sino que también es sostenible.
-De todo, salimos y otras veces nos quedamos viendo series, ahora estamos viendo Breaking Bad que yo no la había visto... A propósito qué lindo sería que les enseñen química a los chicos con experimentos.
-Un día Allegra me dice "mami venís cansada del trabajo no cocines". Ante tanta generosidad le pregunto, ¿no te gusta mi comida? "No", me contesta sin dudarlo. "La comida de Luci es más rica". ¡Lo más lindo de todo es que es cierto!
-Feliz, con más tiempo libre, me veo más en el verde aunque sea unos días y Jorge escribiendo. Amo verlo escribir, cómo lo disfruta. A los chicos en sus carreras felices, el trabajo dignifica y el estudio da alas.
-Viajar, nunca pude viajar lo que quería por distintos motivos, jajaja. No tuve una vida fácil, pero al final hay recompensa, como decía (Gustavo) Cerati.
Producción: Marité Rizzo.
Fotos: Alejandro Carra.
Video y Edición: Manuel Adaro.
Maquilló y Peinó: Jose Becu (@josebecumakeup)
Agradecemos a Boycapel.