El hallazgo reciente de restos humanos en una vivienda de Coghlan que alguna vez fue habitada por Gustavo Cerati reabrió una historia tan conmovedora como inquietante. Se trata de los restos de Diego, un adolescente de 16 años que había desaparecido en 1984 y cuya familia lo buscó durante décadas sin obtener respuestas.
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El caso salió a la luz tras una excavación realizada en mayo, en el marco de una investigación judicial. El cuerpo encontrado fue identificado mediante pruebas genéticas, y confirmó lo que su familia temía desde hacía años: Diego había sido asesinado y enterrado en esa casa.
Quién era Diego y cómo fue su desaparición
Diego era estudiante de secundaria y futbolista de las inferiores del club Excursionistas. El 26 de julio de 1984 fue visto por última vez luego de almorzar con su madre. Ese día, le pidió dinero para tomarse un colectivo y visitar a un amigo. Aún vestía el uniforme escolar.
La última persona que lo vio fue su mamá, en la esquina de Naón y Monroe, en la zona de Belgrano. A las 20.30 de ese mismo día, su familia fue a la comisaría para denunciar su desaparición. La respuesta que recibieron fue la que lamentablemente se repetía en esa época: “Tiene que esperar 24 horas” y “Se fue con una mina, ya va a volver”.
Pero Diego nunca volvió.

La búsqueda desesperada y el silencio de los medios
Desde ese momento, sus padres comenzaron una búsqueda incansable. Pegaron afiches, hicieron denuncias, se acercaron a medios de comunicación. En esa época, la desaparición de adolescentes no solía tener gran repercusión, pero un medio sí tomó el caso: la revista policial del diario Crónica, que publicó una investigación bajo el título "Los hijos que desaparecen".
En esa nota, los padres hablaban de la posibilidad de que Diego hubiera sido raptado por una secta, una hipótesis que en los años 80 circulaba con fuerza. Nunca pudieron confirmar si efectivamente había ido a la casa de un amigo ni quién era esa persona. La investigación policial comenzó tarde y sin herramientas tecnológicas.
Su papá murió en un accidente mientras lo buscaba, lo que volvió la historia aún más trágica.

La casa, la excavación y el hallazgo
Cuatro décadas después, la causa avanzó gracias a una denuncia anónima y a una nueva inspección en la vivienda ubicada en Coghlan. Allí vivió de 2002 a 2003 Gustavo Cerati, aunque no hay indicios de que el artista esté vinculado con el caso, ya que los restos fueron enterrados mucho antes de que él habitara la propiedad.

El cuerpo fue encontrado enterrado en el fondo de la casa, durante una excavación. La noticia conmocionó por el contexto, pero sobre todo por lo que revela: la historia silenciada de una víctima que no había tenido justicia.
Ahora, la familia de Diego al menos puede despedirse. Y comienza a develarse la historia detrás de su muerte porque, si bien caducó la causa de su desaparición, la Justicia citará a declarar a los habitantes de la propiedad en el momento de la desaparición del adolescente.
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