Selva Almada: la escritora argentina que leyó Dua Lipa habla sobre su literatura, el feminismo y los vínculos humanos
 

Selva Almada:"Ver mi libro en la cartera de Dua Lipa fue algo inesperado"

selva almada
La autora de No es un río, finalista del Premio Booker 2024 y referente de la narrativa latinoamericana, habla en exclusiva con Para Ti sobre el impacto de la mención de Dua Lipa, su manera de construir personajes intensos, su compromiso con la escritura sin panfletos y su identidad como mujer de provincias.
News
News

Selva Almada en primera persona. La escritora argentina de 51 años cuyo nombre recorrió el mundo tras ser mencionada por Dua Lipa habla mano a mano con Para Ti sobre lo que significó para ella ese reconocimiento inesperado.

Pero también se detiene en aquello que define su obra: la impronta con la que construye los mundos que imagina, los personajes que habitan en ellos y las luchas que los atraviesan. Siempre cuidando de "alejarlos del planfleto", en el sentido de que su mirada política le pertenece a ella pero necesariamente a sus protagonistas.

Nacida en Entre Ríos, se ha definido en más de una ocasión como "una mujer de provincias", reivindicando su identidad y su pertenencia a la Argentina del interior.

No es un dato menor que No es un río —la novela que cautivó a Dua Lipa— fue finalista del prestigioso Premio Booker 2024, también del Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa y ganadora del Premio IILA-Literatura.

Considerada una de las voces más potentes de la literatura argentina contemporánea, Selva Almada ha sido traducida a numerosos idiomas y es hoy una de las intelectuales feministas más influyentes de la región.

-Dua Lipa contó que quedó fascinada con tu forma de narrar. ¿Qué te pasa cuando pensás que tu obra está llegando a lectoras que quizás no conocían la literatura argentina?

-Lo de Dua Lipa fue una gran sorpresa para mí... sé que ella es muy lectora, que tiene un club de lectura, y también había participado leyendo un fragmento de uno de los libros finalistas del Booker el año pasado, cuando No es un río estuvo en la lista corta del premio. Pero bueno, que de repente lo tuviera en su cartera, lo estuviera leyendo, fue completamente inesperado. Y sí, como decís, esto no solo me roza a mí, si no a mí como parte de la literatura latinoamericana y es un gran impulso para todas nosotras.

También para Charco Press que es una editorial pequeña con un catálogo impresionante de escritoras y escritores de Latinoamérica. Así que una alegría compartida. Incluso lectoras más jóvenes argentinas me contaron que llegaron a mis libros después de la recomendación de Dua Lipa.

dua lipa sosteniendo No es un río, de selva almada
Dua Lipa hablando de No es un río, la obra de Selva Almada que lleva en su cartera
dua lipa sosteniendo No es un río, de selva almada
Dua Lipa hablando de No es un río, la obra de Selva Almada que lleva en su cartera

-En tus libros hay un clima muy particular, con personajes que cargan silencios, violencia contenida o ternura abrupta. ¿Qué te interesa explorar cuando escribís sobre esos vínculos tan intensos?

-Me interesan los vínculos humanos y los humanos con su entorno. Las distintas maneras de ser y estar en el mundo que pueden parecerse, compartir generalidades, pero que al mismo tiempo son tan particulares. Me interesan los personajes complejos, llenos de matices.

Nadie es completamente bueno ni completamente malo, todos tenemos oscuridades, somos mezquinos, envidiosos, pero también podemos tener momentos luminosos, gestos de enorme generosidad... y me gusta construir personajes así: que los detestás pero de pronto te descolocan con un gesto amable y decís: ah, pero, este tipo también me puede caer bien.

-Una de tus marcas como escritora es narrar desde lo más íntimo de lo rural, pero sin romantizar. ¿Cómo fue para vos construir una voz tan auténtica, que se corre del lugar común?

-Creo que la mirada romántica sobre lo rural solo la tienen los folletos turísticos... la literatura se ha ocupado de narrar con dureza estas zonas (literarias y geográficas) antes de mí. Pensemos en Sara Gallardo y su Enero, en los cuentos de Daniel Moyano, o en Sudeste, de Conti... no hay una mirada blanda en esos libros, no se mira con paternalismo esos lugares ni personajes ni situaciones. En las obras de estos autores también hay una voz llena de particularidades.

Creo que es lo que tiene sentido cuando sos una escritora, un escritor, encontrar tu propia manera de contar siempre las mismas historias: porque es lo que buscamos quienes leemos, no la originalidad de una trama si no cómo alguien puede tocar con una música distintas los mismos viejos temas. Y por mi parte, me apoyo muchísimo en la oralidad... el registro oral está lleno de pequeñas joyas, muy poéticas, muy sonoras y me gusta ver cómo eso funciona con la lengua escrita, qué se arma ahí.

-Decís que escribir es una forma de estar en el mundo. ¿Cómo influye tu manera de mirar la realidad –social, política, afectiva– en lo que decidís contar?

-Escribimos con todo lo que somos, con nuestras preocupaciones, obsesiones, amores... nadie puede desprenderse de eso a la hora de escribir. Y también escribimos con otros y con otras. Eso de que la escritura es un oficio solitario, no es verdad. Nadie escribe solo. Nadie está completamente solo cuando escribe: ahí están las lecturas, otros autores, lo que escuché al pasar en el colectivo, lo que alguien alguna vez me contó. Y también está la realidad, lo que a mí me importa o me llama la atención.

De lo que siempre estoy atenta es de que no se cuele el panfleto. Yo soy feminista, pero mis personajes no lo son, entonces no pueden de repente soltar una parrafada en defensa del aborto. En todo caso, mis personajes obligan a una mujer a abortar para deshacerse del problema. Ahí hay una mirada feminista sobre el cuerpo de la mujer y las decisiones que toman otros por ellas, pero no hay panfleto.

-¿Qué autora o autor sentís que te despertó el deseo de escribir? ¿Y qué libro te cambió para siempre como lectora?

-Siempre leí mucho, desde que aprendí a leer. Pero el deseo de escribir vino muchísimo más tarde, casi a mis veinte. En esa época empecé a leer a Onetti y fue una revelación para mí. Dije este es el tipo de escritora que quiero ser... pero las influencias van cambiando todo el tiempo, porque leer es descubrir autores, escrituras, todo el tiempo. Lo mismo pasa con los libros, a lo largo de la vida van apareciendo distintos libros que decís este me cambió la vida. Voy a mencionar uno que yo siempre digo que me dio permiso para escribir: El camino del tabaco, de Erskin Caldwell, se los recomiendo mucho.

Suscribite al newsletter de Para Ti 

Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos:

 
 

Más Para Ti

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig