Si alguna vez preparaste salsa de tomate en casa y notaste un sabor demasiado ácido, seguro te preguntaste cómo solucionarlo. La buena noticia es que existen trucos simples y efectivos para equilibrar esa acidez sin perder el sabor fresco y casero. Desde añadir una pizca de bicarbonato de sodio hasta sumar un toque de azúcar o manzana rallada, vas a ver que tu salsa puede transformarse en cuestión de minutos.
Ingredientes
- 1/2 cebolla
- 2 dientes de ajo
- Aceite de oliva, cantidad necesaria
- Sal, a gusto
- 800 g de tomate perita en conserva
- 1 cucharadita de azúcar
- 1 cucharada de albahaca fresca picada
- 1 pizca de orégano seco
- Pimienta negra, a gusto
Preparación paso a paso
Paso 1: sofreír los vegetales
Picar la cebolla y el ajo. Calentar un buen chorro de aceite de oliva en una olla y llevar a fuego medio. Incorporar la cebolla y el ajo con una pizca de sal y cocinar hasta que se vuelvan transparentes.
Paso 2: añadir los tomates
Procesar ligeramente los tomates en conserva y sumarlos a la olla junto con un vaso de agua.
Paso 3: condimentar
Agregar el azúcar, la albahaca y el orégano. Mezclar bien para integrar todos los sabores.
Paso 4: cocinar a fuego lento
Dejar la salsa a fuego bajo durante unos 15 minutos, revolviendo de vez en cuando, hasta que espese y tome cuerpo.
Paso 5: ajustar el sabor
Probar la salsa y, si todavía se percibe ácida, sumar una pizca de bicarbonato de sodio. Dejar que hierva suavemente unos minutos más.
Paso 6: servir
Salpimentar y servir con la pasta que más te guste.
Tips y variaciones para potenciar la receta
- Bicarbonato de sodio: agregá 1/4 de cucharadita por cada 3 tazas de salsa después de la cocción. Vas a notar una ligera efervescencia, señal de que está neutralizando la acidez.
- Azúcar o manzana rallada: son alternativas naturales para suavizar la salsa sin modificar su frescura.
- Cocción prolongada: cuanto más tiempo se cocine a fuego bajo, más equilibrada será la salsa.
- Frutos secos hidratados: pasas o orejones pueden sumar dulzor y textura.
- Elegir tomates maduros: si usás tomates frescos, asegurate de que estén bien maduros y pelalos antes de cocinarlos.
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