La Dra. María de los Ángeles Sanchez Calvin, médica especialista en nutrición, obesidad y diabetes presenta tips para disfrutar de las tradicionales comilonas festivas sin presiones ni apuros, sino a consciencia.
Se acercan los festejos navideños y con la llegada de un nuevo año, las emociones están a flor de piel, razón por la cual la principal compañía que queremos tener a nuestro lado es la seres queridos y amigos.
Compartir la mesa todos juntos, disfrutar de los más chicos corriendo alrededor de los regalos y comer los platos tradicionales de estas fechas, son algunos de los acontecimientos que más esperamos durante todo el año.
La alimentación es sumamente importante en nuestras vidas, pero eso no quiere decir que durante las fiestas nos privemos de ciertas comidas, de la mayoría, o de todas. Alimentarnos no es sólo una necesidad fisiológica, sino que también es una parte muy importante de nuestra sociedad, cultura y familia.
Es por ello que muchos alimentos nos producen ciertas sensaciones placenteras, más allá de nutrirnos. Algunos nos pueden recordar la niñez, a personas, o evocarnos momentos felices de nuestra vida, conectando sensaciones placenteras con esa comida en particular.
Además de los recuerdos, comer brinda placer por razones químicas. Al alimentarnos, nuestro cerebro libera dopamina, la hormona relacionada con la satisfacción. Suele ocurrir con los alimentos altamente palatables, que son los que solemos comer en familia y en celebraciones.
Por eso, durante las fiestas es importante conectar con ese placer, con aquellas emociones, y disfrutar de cada bocado, haciéndolo sin culpas. La comida es un placer del cual se nos hace difícil prescindir, así que disfrutemos.
Muchas veces ocurre que las redes se llenan de artículos sobre cómo cuidarse de los desbordes alimentarios de las fiestas o de desintoxicarnos en el día después. Pero no esa la forma ideal de encarar el tema. Debemos ser capaces de tomar consciencia de lo que elegimos para comer.
En otras palabras, se trata de que sepamos qué es lo que contiene cada bocado de alimento que llevaremos a la boca, que decidamos que cantidad vamos a comer y de qué forma queremos hacerlo. Mi recomendación, entonces, es que exista esta consciencia a lo largo de toda la comida festiva y no sólo en la mesa de los dulces.
Por lo tanto, cuando vayas a sentarte a comer en la cena de Nochebuena o en el almuerzo de Navidad, no ingieras lo que te "toca", sino que hacelo a consciencia, porque lo elegiste, porque querés disfrutar esa comida en familia y del momento.
Todos comemos de forma diferente en las fiestas de fin año. Lo importante es que lo hagamos a consciencia, que tengamos siempre presentes nuestros hábitos de salud, que sepamos decidir cuándo empezar y cuándo parar, que seamos capaces de elegir qué cantidades vamos a tomar y, sobre todo, que disfrutemos.
Ingredientes:
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Dra Sanchez Calvin, Médica especialista en obesidad, M.N. 121.757. @DraSanchezCalvin
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