Este momento necesita un poco de magia y fantasía, y nada mejor que algo de Disney para que eso suceda.
En plena pandemia y con sus parques temáticos cerrados y sus películas sin estrenar, la compañía de Mickey y sus amigos lanzó una línea de barbijos con el estampado de sus personajes.
Están hechos de tela reutilizables son lavables y, lo mejor: hasta 1 millón de dólares de las ganancias por sus ventas (en shopdisney.com) serán donadas para comprar insumos en hospitales.
Disney donará además un millón de barbijos, todo a través de la compañía MedShare, organización humanitaria que se dedica a entregar equipos y suministros médicos a los hospitales de las comunidades más necesitadas y afectadas por el coronavirus.
Con diseños Disney o el retrato de algunas de sus más populares y queridas figuras -clásicos y sus nuevos superhéroes- los barbijos y tapabocas incluyen los personajes tradicionales de la factoría Walt Disney (Mickey, Minnie, Donald, Winnie Pooh), sus princesas (Cenicienta, Blancanieves, Aurora, Rapunzel, y Elsa y Anna por supuesto), además de Pixar (Toy Story, Monsters Inc, Intensamente), Marvel y Star Wars (R2D2 y Baby Yoda).
Hay barbijos Disney en tamaños chico, mediano y grande, y también se pueden comprar por 4 unidades, a 20 dólares aproximadamente.
No hace falta decir que la propuesta en barbijos de Disney es de las más atractivas que hemos visto en las últimas semanas, con certificado de buena onda y el toque de ilusión tan necesarios en estos momentos.
Y así lo quiso la compañía que expresó que “la pandemia es un momento desafiante para las familias y que usar cualquier tipo de máscara puede ser desalentador, pero espera que las máscaras faciales de personajes de tela consuelen a las personas y faciliten la transición a ´la nueva normalidad´”.
¿Y cómo serán los parques de Disney después de la pandemia? Una primera pista está en Shangai donde empiezan a preparar una reapertura (limitada) de su Disneyworld.
De esto todavía no se habla en instancias oficiales, pero se sabe que será un proceso muy difícil y lento y que el regreso a “el lugar más feliz del mundo” será con cupos limitados y todos con barbijos -empleados y visitantes-, con dispositivos para medir la temperatura a distancia, desinfectante para manos en todas partes y largas colas para garantizar el distanciamiento social.
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