Mezcla de rojo y violeta, el fucsia se destaca por sumarle al ambiente una cuota de energía, alegría y entusiasmo. Es un gran aliado como elemento diferenciador, para destacar una pared, un mueble, un objeto o algún otro detalle del ambiente.
Pero ojo: al ser un color fuerte y atrevido, es importante no abusar de él y saber usarlo adecuadamente.
Hay que reconocerle otra cualidad: el fucsia se lleva bien con todos los estilos. En un espacio clásico, aporta la necesaria frescura; en uno romántico, acompaña con vigor. En cuartos adolescentes, parece replicar la energía de sus ocupantes. Es femenino pero no empalagoso y se lleva tan bien con los ambientes grises y neutros, que queda impecable como condimento para un diseño interior más sobrio o masculino.