No hace falta viajar a un spa para reconectar con vos misma: con pequeños rituales cotidianos como una ducha consciente, un té con pausa o un masaje facial con intención, podés transformar tu bienestar físico y emocional.
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Ser mamá suele significar estar pendiente de todos, menos de una misma. Entre el trabajo, las rutinas y el cuidado de los demás, muchas veces queda poco espacio para el descanso y la conexión personal. Este Día de la Madre puede ser la excusa perfecta para frenar, respirar y reconectar con tu cuerpo. No se trata de tiempo perfecto, sino de momentos reales que te devuelvan a vos.
1. Prepará tu spa en casa
Apagá el celular, bajá las luces y elegí un aroma que te acompañe. Unas gotas de aceite esencial de lavanda o jazmín en un hornito pueden cambiar el clima de un día. Si tenés bañadera, sumale sales minerales o pétalos secos. Si no, una ducha lenta con exfoliación corporal suave también puede ser un ritual de limpieza energética.
Tip Para Ti: mezclá azúcar mascabo con aceite de coco y unas gotas de esencia natural: es un exfoliante casero que deja la piel luminosa y perfumada.
2. Té, respiración y presencia
Prepararte un té puede ser un acto de autocuidado. Que ese momento tenga aroma, pausa y conciencia. Probá mezclas de manzanilla, melisa o lavanda, ideales para relajar. Mientras lo tomás, hacé tres respiraciones profundas: inhalá gratitud, exhalá cansancio.
3. Ritual de skincare con intención
Convertí tu rutina de cuidado facial en un gesto de amor. Limpiá tu piel, aplicá tónico y masajeá tu rostro con crema o aceite facial, con movimientos circulares desde el centro hacia afuera. Acompañá el momento con afirmaciones suaves: “Hoy me elijo”, “Merezco descansar”, “Estoy presente en mi cuerpo.”
Tip Para Ti: guardá tu rodillo de jade o piedra gua sha en la heladera: el frío mejora la circulación y desinflama la piel.
4. Playlist para reconectar
La música tiene poder. Elegí canciones suaves o aquellas que te transporten a momentos felices. Sumá velas o luces cálidas para crear una atmósfera de calma. Lo importante no es la perfección, sino el permiso: el permiso de parar.
5. Un cierre con gratitud
Antes de dormir, escribí tres cosas por las que te sentís agradecida. Puede ser algo mínimo: el olor del café, una charla con tus hijos, una sonrisa. La gratitud también es belleza: embellece la mirada con la que ves la vida.
Este Día de la Madre, regalate tiempo
No perfumes caros ni cremas inalcanzables: tiempo. Unos minutos de silencio, una respiración profunda, una caricia a tu piel. Porque cuidarte no es un lujo: es una forma de volver a vos.
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