El layering de perfumes consiste en aplicar varias fragancias en capas -perfume, bruma, crema o aceite corporal- para crear un aroma personalizado. La idea es elegir perfumes que se complementen (no que compitan), empezar por la fragancia más intensa como base y sumar notas más ligeras en distintas zonas del cuerpo para lograr una huella olfativa única que evoluciona durante el día.
Cuando sentís que tu perfume “de siempre” ya no alcanza
Si sos de las que usan el mismo perfume desde hace años, seguramente te identifiques con esta escena: te lo ponés, te gusta… pero ya no te sorprende. O, al revés, amás las fragancias pero sentís que todas huelen parecido.
Ahí aparece el layering como un juego: mezclar, superponer, probar combinaciones que no vienen “envasadas” y que hablan de tu estado de ánimo, de la estación o del plan del día. No hace falta tener diez perfumes de nicho; con dos o tres fragancias que te gusten, alguna bruma y una buena crema podés crear tu propio sello.
La clave del enfoque: no hay una única forma “correcta”. Hay reglas suaves que te ayudan a empezar y, después, mucha intuición y prueba.
¿Qué es el layering de perfumes y por qué está tan de moda?
El layering es una técnica que se volvió tendencia porque mezcla dos cosas que hoy buscamos mucho: personalización y juego. En lugar de usar un solo perfume, vas sumando capas de aroma:
- un eau de parfum como base
- una crema perfumada
- una bruma corporal
- o incluso un segundo perfume en zonas puntuales
El resultado es un aroma que no está en ninguna perfumería tal cual: se arma en tu piel. En redes, el tema explotó como fragrance layering, y muchas amantes de las fragancias comparten combinaciones favoritas para lograr perfumes más duraderos y con más profundidad.
Otra ventaja es que podés adaptar ese “mix” a tu mood: más cítrico para el día, más amaderado o dulce a la noche, algo súper limpio para la oficina o más envolvente para una salida.
¿Cómo empezar a hacer layering de perfumes paso a paso?
1. Prepará la piel
La piel hidratada retiene mejor el perfume. Después de la ducha, aplicá una crema neutra o con una fragancia suave que vaya en la línea de los aromas que te gustan (floral, cítrica, avainillada, etc.). Las cremas y aceites son una primera capa ideal porque ayudan a “anclar” el perfume.
2. Elegí tu fragancia base
Usualmente se recomienda empezar por la fragancia más intensa:
- perfumes amaderados
- orientales
- gourmand muy dulces
Aplicala en puntos de pulso: muñecas, pliegue del codo, detrás de las orejas o en el escote. Esa va a ser la columna vertebral de tu aroma.
3. Sumá una segunda capa más ligera
Después viene el juego. Podés:
- aplicar una bruma corporal afín en todo el cuerpo
- sumar un perfume más fresco (cítrico, verde, acuático) en cuello y nuca
- pulverizar apenas una tercera fragancia en el aire y “caminarla” para que caiga sobre ropa y pelo
La idea es que esta segunda capa complemente, no que tape la base. Por eso suele funcionar mejor elegir aromas más ligeros arriba.
4. Distribuí las capas en distintas zonas
No es obligatorio “apilar” todo en el mismo lugar. Un truco fácil:
- base en muñecas y pecho
- segunda fragancia en cuello y nuca
- bruma en todo el cuerpo o sobre la ropa
Así evitás que se saturen y le das más dimensión al aroma.
5. Probá primero en casa
Antes de oficializar tu combo para una cita importante, probalo un día tranquilo. Dejalo evolucionar y registrá:
- ¿cómo huele a la media hora?
- ¿y a las 4 horas?
- ¿te cansa o te encanta?
Cada piel es distinta, así que el layering también se vuelve muy personal.
Ideas de combinaciones para inspirarte (sin reglas rígidas)
Acá van algunas duplas o tríos que suelen funcionar bien:
Si te gustan los aromas limpios y luminosos
- Base: perfume de flores blancas suave o almizclado
- Capa extra: bruma cítrica (tipo mandarina, bergamota, limón) en cuello y nuca
- Extra opcional: crema corporal con nota de algodón limpio o jabón suave
Resultado: sensación de ducha recién tomada todo el día.
Si sos del team dulce, pero no empalagoso
- Base: perfume gourmand con vainilla, caramelo suave o praliné
- Capa extra: fragancia floral (jazmín, rosa, peonía) en muñecas
- Extra: bruma de coco o leche de almendras en cuerpo y ropa
Resultado: un dulce abrazador, pero con flores que lo levantan y evitan que sea demasiado denso.
Si amás lo amaderado y sofisticado
- Base: perfume amaderado (sándalo, cedro, vetiver)
- Capa extra: fragancia con notas de incienso, ámbar suave o cuero delicado
- Extra: bruma cítrica muy ligera para darle aire y frescura
Resultado: un aroma elegante, de “lujo silencioso”, perfecto para noche o eventos especiales.
Un ejemplo de perfumes pensados para combinarse
En los últimos años aparecieron líneas creadas directamente para dialogar entre sí. Un ejemplo es la Alta Perfumería de Natura, con cuatro fragancias -505 Iris Priprioca, 679 Ambrette Copaíba, 740 Sándalo Breu Branco y 875 Vetiver Capitú- desarrolladas para poder mezclarse y revelar distintas facetas según cómo las combines.
La idea es interesante: pensar tus perfumes como un guardarropas olfativo, donde podés superponer capas según el clima, el plan o simplemente el humor que tengas ese día.
¿Qué errores conviene evitar al hacer layering?
Para que el juego no se vuelva demasiado, te sirve tener en cuenta:
- No mezclar demasiados perfumes fuertes a la vez
Dos perfumes intensos y muy distintos pueden “pelearse” en la piel. Mejor una base potente + algo más ligero arriba. - No frotar las muñecas
Ese gesto tan automático puede alterar la estructura del perfume y hacer que se sienta distinto o dure menos. Lo ideal es aplicar y dejar que seque solo. - Cuidar la piel sensible
Si tenés piel reactiva o usás tratamientos dermatológicos, no satures con capas sobre capas en la misma zona. Podés alternar entre ropa, pelo y cuerpo, y ante cualquier irritación, frenar y consultar con tu dermatóloga o dermatólogo. - No hacerlo solo “por moda”
Si sentís que tu perfume de siempre te representa y te encanta, no hay obligación de mezclar por mezclar. El layering es una opción, no una regla.
Convertir el layering en un ritual de bienestar
Más allá de la técnica, el layering tiene algo que nos gusta mucho: te obliga a parar un momento y preguntarte cómo te querés sentir. Es un rato de conexión con el cuerpo y con el presente.
En Para Ti ya hablamos de cómo aplicar varias fragancias puede ayudar a oler bien todo el día y a construir un sello propio, como contamos en la nota sobre fragancias únicas y duraderas (fragancias, truco beauty para oler bien todo el día).
Llevarlo a tu día a día puede ser tan simple como esto:
- después de la ducha, elegir con calma qué crema y qué perfume vas a usar
- a mitad de tarde, sumar una bruma que te refresque
- a la noche, agregar una capa más íntima, solo para vos
Lo interesante no es solo cómo olés, sino cómo te sentís con ese ritual que inventaste para vos.
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