Con la llegada de la primavera, los días de sol y calor se intensifican, y aplicar protector solar se vuelve imprescindible. Más allá de la estación, los dermatólogos coinciden: es un paso infaltable para proteger la piel de los daños agudos y crónicos de la radiación ultravioleta (UV), como quemaduras, manchas, envejecimiento prematuro e incluso cáncer de piel. Además, su uso diario ayuda a mantener la piel saludable y a prevenir otras afecciones cutáneas, incluso en días nublados o frente a la luz azul de dispositivos electrónicos.
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Sin embargo, muchos se aplican el protector solar de forma incorrecta, reduciendo su eficacia y, en algunos casos, generando irritaciones o manchas. A través de sus redes, el reconocido dermatólogo argentino Simon Scarano compartió cinco errores frecuentes que conviene evitar para aprovechar al máximo la protección solar.

1. Aplicar poca cantidad
Colocar muy poco producto deja zonas sin cobertura uniforme, aumentando el riesgo de quemaduras, manchas y envejecimiento prematuro. Además, la protección se degrada más rápido con el sudor, el roce o el agua. Se recomienda aplicar el equivalente a una cucharadita de té en cara y cuello en cada aplicación, reaplicando cada dos horas o después de nadar o transpirar.
2. Colocar sólo en zonas puntuales
Algunas personas aplican protector solo en ciertas áreas del rostro o del cuerpo. Esto provoca que la piel expuesta sin protección acumule daño por radiación UV, generando manchas, arrugas y pérdida de elasticidad de manera desigual. Lo ideal es cubrir todas las zonas expuestas para una protección completa.
3. Olvidarse de las orejas, cuello y párpados
Estas zonas reciben radiación directa casi todo el día y su piel es fina y sensible, lo que las hace propensas a quemaduras, arrugas prematuras y, a largo plazo, al riesgo de cáncer de piel. Incorporarlas en la rutina diaria es un hábito sencillo que marca la diferencia en la protección de la piel.
4. Aplicar con "toquecitos"
Distribuir el protector a base de pequeños toques puede parecer suficiente, pero no forma una capa uniforme. Esto deja áreas parcialmente descubiertas, disminuyendo el nivel de FPS real y aumentando el riesgo de daños. Para una protección efectiva, hay que extenderlo bien por todo el rostro, asegurando que la capa sea pareja.
5. No aplicarlo como último paso de la rutina
El protector solar debe ser el último paso del skincare. Su función es actuar como barrera frente a los rayos UV, no como tratamiento. Si se aplica antes de serums o cremas, puede alterar la uniformidad de la capa protectora y bloquear la absorción de otros activos, como retinol, vitamina C o ácidos exfoliantes. La secuencia correcta es: limpiar, tratar, hidratar y proteger, para mantener la piel sana y bien resguardada durante todo el día.
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