Una tendencia deco que no pasa de moda y que ahora conquista las cocinas a través de estructuras al descubierto, colores neutros, mobiliarios metálicos y materiales reciclados.
El origen del estilo industrial se remonta a la década del 50’, en Nueva York, cuando muchas fábricas o talleres abandonados dentro de la ciudad comenzaron a convertirse en viviendas tipo loft.
Hoy, siete décadas después, su impronta sigue vigente y gana terreno en livings y dormitorios. Y en 2021 llegó a las cocinas para transformarlas en un espacio canchero, versátil y lleno de encanto.
La arquitectura al descubierto es fundamental en este estilo. Paredes de ladrillo y cemento, caños y tuberías, columnas de hierro u hormigón y vigas en el techo, quedan al desnudo.
Una buena opción para darle una impronta industrial a la cocina sin gastar demasiado ni meterse en obras engorrosas, es colocar en una de las paredes un vinilo símil ladrillo o piedra. ¡No falla!.
Mucho hierro negro, madera al natural, metal, cemento alisado y hormigón, predominan en las cocinas con estilo industrial.
Blancos, grises, beiges y por supuesto, negros complementan la estética de este estilo dando como resultado cocinas elegantes y muy originales.
Es uno de los materiales estrellas de la decoración industrial y la encargada de llevar una buena dosis de calidez. Se puede incorporar en banquetas, sillas, mesa de comedor, estantes o incluso en algunas puertas de las alacenas.
Pallets o cajones de verduras reciclados y convertidos en diferentes muebles decorativos son claves en las cocinas con este estilo que también se nutre de de la re utilización de objetos.
Estos accesorios no deberían faltar para darle un toque industrial a cualquier cocina. Las sillas y banquetas Tólix, por ejemplo, son un must have de este estilo, al igual que las lámparas tipo galponeras con focos de cine.