Los diseñadores industriales, interioristas y creativos proponen cada vez más alternativas funcionales y originales para integrar a las lámparas que desarrollan.
Buscan, cada vez más, generar productos innovadores que potencien la experiencia positiva del usuario con el objeto.
La creación del estudio Ximo Roca y la firma española Plussmi se llama Lamuda y tiene la particularidad de captar parte del ruido ambiente que hay a su alrededor.
Además, tiene un plus: es sustentable. Está fabricada a partir de botellas de plástico recicladas, un proceso que suma adeptos en el mundo del diseño.
Un ejemplo de eso: los lentes hechos del mismo material recolectado en el Río de la Plata o materia prima descartable.
En el caso de Lamuda, el plástico procesado y trabajado se transforma en un material de textura suave y fonoabsorbente.
Lamuda, además de iluminar, intenta generar ambientes calmos para que la gente pueda conversar con tranquilidad, especialmente en aquellos lugares con mucho ruido, como restaurantes o bares.
Tiene un formato elegante que realza cualquier espacio en el que se cuelga.
A Méduse, del interiorista y diseñador de producto alemán Lukas Bazle, hay que verla en acción para entenderla.
Esta lámpara de suspensión hecha de tela tiene una versatilidad increíble. Es retráctil y se pliega sobre sí misma.
El juego de poleas que tiene incorporado, hace que la pantalla tome diferentes posiciones. Puede invertirse completamente y reducirse al mínimo.
En cada movimiento la luz se gradúa con diferente intensidad.
Los pliegues textiles que conforman Méduse le permiten soportar altas temperaturas y absorber el calor. Además, abre el juego de colores.
Por ahora se fabrica en negro, blanco, azul y verdemarino.
Cada innovación responde a un trabajo de investigación muy minucioso por parte de los diseñadores, que no renuncian, a lograr objetos súper estéticos.
Una lámpara le confiere identidad y personalidad a cualquier espacio. Y más si agrega detalles artesanales.
Como las de la artista visual rumana Andreea Braescu están hechas de más de 1000 pétalos de porcelana modelados a mano. Son verdaderos follajes luminosos.
El estudio de diseño y arquitectura inglés Ed Heritage propone acercar el objeto al usuario, a partir de un juego de encendido y apagado.
Su lámpara se inclina sobre su eje, haciendo que un interruptor interno conecte la corriente a una fuente de luz LED.
El proyecto (Tilt) tiene como objetivo que el usuario interactue de una manera más íntima con la luz y así le confiera un lugar más valioso a los objetos cotidianos que lo rodean.
La lámpara está hecha de madera, teñida de negro y vidrio soplado a mano. La bola que permite el movimiento es de acero.
Primero hay que programar la ruta que tendrá el objeto volador y después sincronizar las bases en la que podrá aterrizar. ¡Y listo!
Con la incorporación de la tecnología de un dron, esta lámpara capta los movimientos del usuario y puede seguirle los pasos alrededor de la casa.
Es un desarrollo del japonés Kazuhiro Yamanaka.
Los sensores interpretan los movimientos que captan en el ambiente e iluminan el lugar que el usuario necesita.
Cosas que pasan cuando el diseño se pone a buscar soluciones innovadoras y experiencias memorables.
Si querés seguir viendo lámparas fabulosas, no te pierdas, las de cristal de Murano, que parecen globos flotantes: https://www.purodiseno.lat/objeto-en-foco/lamparas-ludicas-y-elegantes-en-vidrio-italiano/