Una adolescente de 14 años llevó un arma cargada a su colegio en La Paz, Mendoza, y disparó dentro del aula para luego atrincherarse durante varias horas. Según contaron madres y padres de sus compañeros, la joven había adelantado su intención de “asustar” a la profesora de matemáticas, a una preceptora y a un compañero que la hostigaba. La situación generó pánico entre los alumnos, aunque por fortuna no hubo heridos.
Lo que más inquieta es que la chica era descripta como “calladita”, con buen rendimiento académico y proveniente de una familia trabajadora y querida en la comunidad. Es decir, no había señales visibles que anticiparan una conducta de este tipo.
En esta nota de Para Ti repasamos el trasfondo del bullying en la escuela de Mendoza y acá el testimonio de un padre que cuenta lo que vivieron los chicos.
Qué explica la psicología sobre estas conductas
“Lo que vemos acá no es un hecho aislado. El bullying consiste en el maltrato intencional y persistente de un estudiante o grupo hacia otro compañero, y no hay consentimiento de la víctima”, explica la licenciada en Psicología Solange Sznaidleder.
La especialista advierte que estas situaciones no se limitan al aula: “También se dan en redes sociales como ciberbullying. Allí, el agresor suele ser anónimo y sentirse impune, lo que aumenta el daño”.
Adolescencia, autoestima y riesgo
Según Sznaidleder, la combinación de baja autoestima, inseguridades, exigencias académicas y entornos hostiles puede derivar en conductas peligrosas:
- Riesgo inmediato de daño: tanto para sí mismos como para otros.
- Mayor número de internaciones: “Cada vez vemos más menores de edad con internación psiquiátrica”, subraya.
- Impacto social: “Esto nos duele como sociedad porque demuestra que no estamos pudiendo dar respuesta a tiempo”.
¿Qué pueden hacer los adultos?
Para la psicóloga, la clave está en la prevención y la comunicación:
- Escuchar sin juzgar: “Si conocés a alguien que está atravesando una situación de violencia o bullying, acércate, mostrá apoyo y escuchala”.
- Pedir ayuda profesional: nunca minimizar lo que pasa, porque puede escalar.
- Trabajo interdisciplinario: docentes, familias y profesionales de la salud deben actuar en conjunto.
- Recordar un principio básico: “La violencia no se combate con violencia. Cada persona cuenta y es importante”, enfatiza Sznaidleder.
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Además, indica que la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 garantiza el derecho a la atención efectiva y oportuna, un recurso que es fundamental conocer y difundir.
El caso de Mendoza nos interpela. No alcanza con señalar el hecho: necesitamos preguntarnos qué están viviendo nuestros hijos y cómo acompañarlos antes de que la desesperación derive en violencia. Escuchar, dialogar y actuar a tiempo puede marcar la diferencia.
"Si conocés a alguien que esté padeciendo este tipo de situaciones, acércate, expresa tu apoyo, escúchala y solicita ayuda profesional. La violencia, no se combate con violencia. CADA PERSONA CUENTA Y ES IMPORTANTE", finaliza.
Fuente: Solange Sznaidleder. Lic. En Psicología. MN. 55.475/ MP: 190.449. Coordinadora del Depto. de Salud Mental del Sanatorio Modelo de Caseros.
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