Puede parecer una decisión menor, pero elegir una buena mamadera impacta directamente en la alimentación y el bienestar de tu bebé. Ya sea que des el pecho, uses leche extraída o fórmula, encontrar un producto que acompañe este momento de forma natural y segura hace toda la diferencia. Te compartimos cuatro claves para elegir la mamadera ideal para tu bebé.
Durante un encuentro sobre lactancia y crianza respetuosa, especialistas y familias compartieron vivencias y herramientas que ayudan en esta etapa. La puericultora Paola de los Santos y Agustina Ramos Mejía, mamá de tres, coincidieron en algo clave: una buena mamadera no reemplaza al pecho, pero puede acompañar la alimentación sin interferir.
A continuación, te compartimos cuatro puntos importantes para tener en cuenta, avalados también por investigaciones recientes en pediatría y puericultura.
1. Que respete el ritmo natural de succión
Según estudios publicados por la Academia Americana de Pediatría, el patrón de succión en el pecho es un proceso complejo que involucra coordinación entre succión, deglución y respiración. Las mamaderas convencionales, que liberan leche sin necesidad de succión activa, pueden alterar ese ritmo y generar lo que se conoce como “confusión de tetina”.
Elegir una mamadera que imite este comportamiento —es decir, que libere leche solo si el bebé succiona— facilita la transición entre pecho y biberón y reduce la posibilidad de rechazo o sobrealimentación.
Dato: Un estudio de 2020 en Journal of Human Lactation encontró que las tetinas que requieren succión activa reducen significativamente la tasa de abandono de la lactancia en madres que combinan pecho y mamadera.
2. Comodidad para el bebé y para quien lo alimenta
Una mamadera ergonómica, fácil de sujetar, y con tetina suave y flexible —preferentemente de silicona médica— contribuye a una experiencia más relajada. No se trata solo de comodidad física: el entorno durante la alimentación impacta en el vínculo y el bienestar emocional.
Un entorno de alimentación tranquilo y confortable mejora la digestión del bebé, según investigaciones en neurodesarrollo infantil del Instituto Brazelton de Harvard.
3. Materiales seguros desde el primer día
En 2011, la OMS y UNICEF emitieron advertencias sobre el uso de productos que contuvieran bisfenol A (BPA), una sustancia química que puede afectar el sistema hormonal del bebé. Afortunadamente, hoy muchas mamaderas son libres de BPA, pero no todas especifican claramente sus materiales. Revisar estas características en el etiquetado no es paranoia: es prevención.
4. Que reduzca cólicos y molestias
Uno de los problemas más frecuentes en bebés alimentados con mamadera es la ingestión de aire, que puede generar cólicos y malestar digestivo. Las tetinas con válvulas anticólicos o diseños que reducen la formación de burbujas ayudan a minimizar estos episodios.
Estudios clínicos —como los realizados por el Royal Children’s Hospital de Melbourne— demostraron que las mamaderas con sistemas anti-air reducen la irritabilidad post toma hasta en un 60%.
Al final, no se trata solo de elegir “la mejor mamadera”, sino la que mejor se adapte a tu bebé, a tu forma de criar y a tu realidad diaria. Como dijo Agustina Ramos Mejía durante el evento: “Tener herramientas adecuadas nos permite vivir una crianza más real, más compartida y mucho menos culposa.”
Philips, reconocida mundialmente por su compromiso con la innovación y el bienestar familiar, reafirma su liderazgo en el cuidado infantil a través de su línea Philips Avent. Con más de tres décadas de experiencia acompañando a madres, padres y profesionales de la salud, la marca continúa desarrollando productos que se adaptan a las necesidades reales de las familias.
La nueva gama de mamaderas Natural Response es un claro ejemplo de esta filosofía: combina tecnología de punta con un diseño pensado para respetar el ritmo natural del bebé, facilitando la transición entre el pecho y la mamadera sin interferir con la lactancia. De esta manera, Philips refuerza su propósito de brindar soluciones que no solo mejoran la experiencia de alimentación, sino que también promueven una crianza más conectada, saludable y amorosa.
