En febrero de 2025, la psiquiatra y autora bestseller Marian Rojas Estapé generó revuelo en la televisión española al afirmar que “las únicas dos cosas que dan sentido a la vida son el amor y el trabajo” y advertir sobre los riesgos de “intoxicarse de dopamina”. Sus declaraciones, lejos de pasar desapercibidas, despertaron críticas entre profesionales de la salud mental que cuestionaron el enfoque reduccionista y biológico de sus planteos, así como su desconexión con las condiciones sociales que afectan el bienestar psíquico.
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Este debate es el punto de partida del nuevo libro del doctor Pablo Castañón, La falacia de la química cerebral, donde propone una mirada crítica sobre cómo la neurociencia fue absorbida por discursos simplificadores. A través de un recorrido por la historia de la psiquiatría, el autor explora cómo llegamos a la era de los “influencers de la dopamina” y qué implicancias tiene esta tendencia para nuestra forma de entender el malestar emocional.
-¿Por qué hablás de “falacia” y qué te pensás que pasa cuando se mencionan los temas del cerebro en las redes o en los medios?
-Hoy en día las patologías mentales y todo lo que tiene que ver con la salud mental es muy frecuente. Sus consecuencias son muy graves, por ejemplo, los trastornos de ansiedad que afectan a cada vez más personas, lo mismo que la depresión que puede terminar en suicidio y en también eh actividad laboral perdida, familias rotas, es decir, las adicciones, todo ese tipo de cuestiones, te lo hago como introducción, que son cuestiones muy serias y que son cada vez más frecuentes.
Si ante esto, por eso hablo de falacias, porque si ante esto nosotros simplificamos el funcionamiento emocional a eslóganes de neurotransmisores, lo que hacemos es fomentar la confusión y distorsionar la comprensión de la salud mental.
-¿Cuáles son para vos los pilares del bienestar emocional?
-Para mí los pilares del bienestar emocional tienen que incluir lazos sociales sanos, es decir, vínculos sanos con en los distintos estratos donde uno se mueve, ya sea en la familia como en lo laboral, donde uno pueda sentir que lo que sabe hacer o lo que le es requerido, lo hace sentir importante, que es necesario para otros: eso aumenta la la autoestima, la capacidad de poder tambiénfinanciarse o poder ser independiente en la rutina de cada uno.
Yendo a algo más general, tener una alimentación equilibrada, el movimiento (no ser sedentarios) y creo que mencioné primero lo de los vínculos porque me parece que el bienestar emocional necesita que estemos en una red donde donde no estemos aislados o conectados de manera patológica, de manera tóxica, con los demás.
-Qué deberíamos hacer cuando sentimos que “algo no está bien” (no nos sentimos bien y no tenemos un “problema” de salud puntual) y no sabemos por dónde empezar?
-Etsa pregunta te la agradezco porque me me tiraste el centro y lo único que tengo que hacer es cabecear y hacer el gol: porque es justamente, lo me parece que es el objetivo principal del libro, es hacer entender que uno no tiene que buscar las respuestas en las redes sociales o en o ni siquiera en un programa de televisión o en una nota, en una revista, en nada. Uno de acá tiene que sacar la inquietud.
Ya sea de una publicación o de algo que leíste, algo con lo que te identificaste o que sentiste que te podía llegar a estar pasando, es para llevárselo a tu médico. O si es algo, por ejemplo, a nivel de de tu conducta y tus emociones, al psicólogo (si estás haciendo terapia).
Siempre hay que tratar de evitar los autodiagnósticos y los autotratamientos, porque para eso se estudian carreras tan difíciles y tan largas como la psicología y la medicina. Cuando algo no está bien o tenemos un problema de salud puntual, se empieza por la consulta.

-¿Es verdad que ciertas prácticas cotidianas nos pueden ayudar a mantener y cuidar nuestra salud en general y, por ende, salud mental?
-Con respecto a las prácticas cotidianas, esto bueno, puede llegar a ser un berenjenal gigante donde uno se mete y empieza a dar consejos a diestra y siniestra y perdemos el norte. Yo lo que te diría para elegir una cosa y ser claro, elegiría la motivación.
Creo que cuando estamos motivados en nuestra vida es mucho más fácil cuidarse en la alimentación, es mucho más fácil ir al gimnasio, es mucho más fácil vincularse con los demás porque te arrastra un envío que tiene que ver con que vos querés hacerlo, estás viendo resultados, estás viendo que puede haber más resultados. Por eso, algo que nos motive es fundamental para arrastrar todos los hábitos positivos en esa dirección.
-¿Por qué creés que hay tanto afán por hallar respuestas simples y rápidas a todas estas cuestiones que nos atraviesan y de las que tanto se habla (muchas veces, sin los conocimientos adecuados)?
-Bueno, porque es un instinto también natural de uno querer querer encontrar una respuesta simple. Creo que el peligro no es el que la quiere encontrar -porque eso nos pasaría a todos- sino el que la da. Porque eso implica una irresponsabilidad y un desconocimiento de de magnitudes bíblicas, porque la medicina no se puede resumir a un consejo o a una respuesta simple, ¿no?
Para una persona con depresión, la respuesta simple podría ser, elegí tus pensamientos, descartá los negativos y centráte en los positivos. Si fuera una pavada tan grande, no existiríamos nosotros y la gente con depresión simplemente repetiría el consejo que leyó por ahí, lo aplicaría su vida y listo, se terminó el problema.
Claramente no funcionan, no sirven y, repito, uno siempre quiere, te pasa algo, qué sé yo, te salió una infección en la piel y vos querés googlear rapidito para ponerte algo que te lo solucione. Quizás a veces está bueno y te da una una solución y otras veces, no. Y sos engañado por la falsa expectativa que se te generó.
-Cuál es la manera, según tu punto de vista, de hablar de todo esto “con propiedad” para que realmente nos ayude de verdad, la mirada que se debería adoptar?
-Creo que los que comunicamos tenemos que ser más responsables. Yo no me siento capacitado para dar consejos, por ejemplo, sobre asesoría legal de personas o de cómo construir una losa o cómo instalar un sistema de paneles solares, porque soy médico. No me encuentro capacitado para hablar de algo que no sé.
Pero con la salud mental no pasa esto. Todo el mundo se siente capacitado para dar consejos a las personas para estar mejor, lo hacen sin formación. Y eso es un problema.
Y algo que, por ser optimista, es que me parece también que de tanto informar a la gente, en algún momento, va a haber un click. Y va a saber discriminar entre una información donde le están vendiendo humo y otra que es seria.
Porque ya están cansando un poco con esto de que te digan que podés levantar la serotonina y ser más feliz... porque, básicamente, están viendo que pasa el tiempo y fórmula de la felicidad que se basa en mover una perillita con un neurotransmisor, no aparece.
Tengo la esperanza de que la información haga que la gente seleccione las fuentes y los chantas o los que hablan sin saber, queden sin micrófono.
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