Máxima de los Países Bajos y su hija, la princesa Amalia, fueron las grandes protagonistas de estilo en la cena de gala de la cumbre de la OTAN. El evento, celebrado en el majestuoso Oranjezaal del Palacio Huis ten Bosch, reunió a los líderes mundiales en una velada diplomática cargada de simbolismo… y de moda.
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La princesa Amalia reapareció tras su cirugía con un look de verano y un tocado de Máxima
Una gala con protocolo estricto y clima de alta diplomacia
La primera jornada de la cumbre concluyó con una cena en el Salón Naranja, presidida por los reyes Guillermo Alejandro y Máxima. Alrededor de 66 invitados, entre ellos jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Atlántica, asistieron a este evento de altísimo nivel.
La noche incluyó un discurso del monarca y un menú de tres pasos diseñado por veinte chefs, enmarcado en un protocolo que pedía tenue de ville como código de vestimenta: looks elegantes y discretos, pero con la sofisticación que impone el ceremonial real.
El look verde lima de Máxima: un guiño al color y la elegancia fluida
Para esta ocasión, Máxima volvió a dejar claro por qué es considerada una de las royals mejor vestidas. Eligió un mono de seda verde lima con escote profundo y mangas murciélago, firmado por la casa Natan, una de sus favoritas. La prenda pertenece a la colección Primavera/Verano de la firma y combina fluidez, modernidad y un toque vibrante.
Si bien suele apostar por la moda circular, en esta oportunidad reutilizó los complementos: una pulsera de diamantes estilo “indias” y un broche de brillantes colocado en el hombro izquierdo, piezas que ya forman parte de su archivo personal.
Amalia sorprendió con un conjunto azul noche sobrio y elegante
La princesa Amalia, heredera al trono, tuvo una aparición sorpresa. Su presencia no había sido anunciada previamente, y su look cautivó por su simplicidad chic. Dejó atrás el yeso en el brazo tras una caída a caballo y reapareció con un conjunto azul noche de líneas rectas, mangas cortas y lazos en los puños, en clave femenina pero austera.
Completó el outfit con stilettos negros de taco alto, en un gesto de estilo que confirma su creciente confianza y presencia pública. La elección de un look monocolor —al igual que su madre— subraya la tendencia minimalista que pisa fuerte este invierno europeo.
Un dúo estilístico que marca el rumbo royal
El estilo de madre e hija deja en claro que la realeza puede ser clásica sin dejar de estar a la moda. Ambas apostaron por tonos sólidos, siluetas simples y detalles cuidados, confirmando su lugar como referentes del buen gusto.
Fotos: IG
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