La primavera llegó con una energía distinta: más libre, más lúdica y con ganas de volver a jugar con la moda. Las microtendencias que están dominando las calles, los desfiles y las redes combinan nostalgia y frescura: siluetas que recuerdan a los 80 y 2000, tejidos artesanales y guiños románticos.
Este año, el estilo se construye a partir de los contrastes: lo estructurado con lo fluido, lo clásico con lo experimental, lo femenino con lo poderoso. Una invitación a vestirse con actitud y a dejar que la ropa exprese algo más que moda: libertad.
Inspiración 80s y 2000: entre la nostalgia y el futuro
Los pantalones y faldas de cintura baja traen ese aire despreocupado de los 2000 que regresa con un toque sofisticado. Los accesorios se vuelven statement: gafas futuristas, hebillas grandes y toques metálicos que elevan cualquier look.
Tip de estilo: equilibrá un blazer estructurado con una falda fluida o un pantalón amplio. El contraste es la clave.
Balletcore, crochet y boho: la suavidad como bandera
El balletcore sigue pisando fuerte con prendas inspiradas en la danza: gasas, tops envolventes y tonos empolvados.
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El crochet, con su encanto artesanal, aporta textura y color a la temporada, desde bolsos tejidos hasta tops calados.
Y el boho vuelve en su versión más ligera: tejidos vaporosos, flecos, volantes y esa sensación de libertad que siempre conquista.
Detalles que transforman el look
Las mangas globo suman volumen y dramatismo.
Los cortes cut-out, cada vez más sutiles, insinúan sin exagerar.
Y las faldas bubble y los pantalones incompletos juegan con las formas, aportando ese toque experimental que define la nueva moda urbana.
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