Estaba en Roma, disfrutando del amor y del presente. Nadie podía anticipar lo que pasaría. La vida puede cambiar en un segundo, y eso fue lo que le sucedió a Gustavo Yankelevich con la trágica muerte de su nieta Mila, de 7 años.
Mirá También

El profundo dolor de Cris Morena y Gustavo Yankelevich: cómo se transita el duelo por la muerte de un nieto
La postal es luminosa: Gustavo Yankelevich, sonriente y en paz, junto a su pareja Rosella della Giovampaola en Roma. El amor, la belleza de la ciudad eterna, el tiempo detenido en un instante feliz. Nada parecía anunciar lo que vendría después.


Horas más tarde, llegaría el golpe más duro: la trágica muerte de Mila Yankelevich, su nieta de apenas 7 años, hija de Tomás Yankelevich y Sofía Reca. La noticia estremeció al mundo del espectáculo y a todos los que, alguna vez, sintieron de cerca ese dolor inexplicable: perder a una niña, demasiado pronto, demasiado injustamente.


El contraste entre esas imágenes y la tragedia que se desencadenó después nos enfrenta a una verdad que todos conocemos, pero que duele mirar de frente: la vida puede cambiar en un segundo. En un segundo, lo que era certeza se convierte en ausencia. En un segundo, la risa se vuelve silencio. En un segundo, todo se transforma. De inmediato se tomó un vuelo a Miami para acompañar a su hijo en este duro momento.

Gustavo eligió, en estos días de profundo dolor, el silencio. Pero quienes lo conocen saben que está rodeado de amor y contención. La familia Yankelevich enfrenta esta pérdida unida, en intimidad, atravesando un duelo que conmueve más allá de los vínculos personales, y que recuerda la partida de Romina Yan, hija del empresario y Cris Morena.

Suscribite al newsletter de Para Ti
Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos:




