Detrás de una emprendedora, mentora y speaker especializada en productividad consciente, desarrollo personal y liderazgo femenino, hay una historia de transformación. Fabiana Jafif recibió un diagnóstico inesperado que la llevó a replantearse todo. Ese giro marcó un antes y un después: cambió su forma de percibir la vida y despertó en ella un propósito claro: acompañar a otras mujeres en sus propios procesos de cambio.
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Fabiana construyó su propio desafío y eligió convertir una experiencia difícil en un motor de acción. A los 29 años, cuando estaba por volver de su licencia por maternidad, le diagnosticaron esclerosis múltiple. Aquel sacudón le cambió la vida y la enfrentó a una decisión: quedarse paralizada por el miedo o tomar las riendas.
Desde entonces, decidió poner su energía en lo que sí podía hacer: con sensibilidad, autenticidad y una fuerte vocación por compartir, Fabiana creó De Madre a Madre, un blog para madres primerizas que este año celebra su 10° aniversario. También impulsó el evento Mujer, Madre y Emprendedora y cofundó Pastrón & Co. durante la pandemia.
Madre de 2 hijas, formada en Relaciones Públicas y con más de 20 años de experiencia en Marketing Digital, hoy Fabiana acompaña a mujeres que quieren animarse a un cambio. Su proyecto más reciente es también el más personal: No te dejes para después, su primer libro.
Impulsada por su propia historia y por las herramientas que fue incorporando a lo largo de su camino profesional, Fabiana transmite un poderoso mensaje: aprender a priorizarnos, revisar cómo nos relacionamos con el tiempo y no perder de vista nuestros proyectos, incluso en medio del caos cotidiano.
Dos años después de que la idea comenzara a tomar forma, No te dejes para después se presentó en la 49ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y ya está disponible en todas las librerías del país.
En esta entrevista exclusiva con Para Ti, Fabiana comparte cómo es vivir con una enfermedad crónica, la fuerza transformadora de las decisiones diarias y los detalles de su primer libro: un manifiesto íntimo, práctico y lleno de recursos que invitan a repensar la manera en que usamos nuestro tiempo.
Aprender a convivir con una enfermedad crónica: del miedo a la aceptación
- ¿Cómo fue atravesar el diagnóstico de esclerosis múltiple y cuáles fueron las herramientas que te ayudaron durante ese proceso?
- Al principio fue muy difícil. La incertidumbre, el miedo, la frustración de no entender por qué me estaba pasando algo así, y la idea de que es una enfermedad que no tiene ni causa ni cura (todavía). También sentí mucho enojo, y fue duro explicarle a mi entorno lo que me pasaba, sobre todo porque muchas veces no se ve.
Con el tiempo, entendí que tenía dos caminos: quedarme esperando que eso desapareciera, o aceptar lo que no podía cambiar y enfocarme en lo que sí estaba en mis manos. Ahí fue cuando empecé a amigarme con el diagnóstico. A contarlo. A dejar de esconderlo. Y entendí que cada persona tiene su desafío en la vida. Esto me tocó a mí. Y mi actitud frente a eso, sí depende de mí.
- ¿Qué es lo más difícil que enfrentás diariamente con tu diagnóstico?
- Hoy no siento que el diagnóstico me limite. Claro que a veces me canso más o tengo algunas molestias físicas, pero no lo vivo como una dificultad. Me levanto, sigo, me cuido. Y no me enfoco en lo que no puedo, sino en todo lo que sí.
El desafío de soltar la exigencia, establecer un propósito y vivir con claridad
- ¿Cómo encontrás el equilibrio entre tu profesión, ser madre y cuidar tu salud sin caer en la autoexigencia?
- No creo en el equilibrio perfecto ni en la idea de hacer todo al mismo tiempo. Para mí se trata de estar presente y revisar mis prioridades constantemente. Aprendí a soltar la exigencia de rendir igual en todos los frentes y a entender que no siempre se puede, y eso está bien.
La maternidad me enseñó a reorganizar el tiempo desde un lugar más real y humano. Por eso también hablo tanto de no dejarnos para lo último. Si yo no estoy bien, si no me escucho, todo lo demás se desacomoda. Encontré herramientas que me ayudan a elegir con intención y a ser flexible sin perder el foco. No busco hacerlo perfecto, busco hacerlo posible, con propósito.
- ¿De qué manera aplicás en tu vida esto de “poder elegir cómo usar el tiempo”?
- Lo aplico todos los días. Con pequeñas decisiones. Eligiendo dónde poner mi energía, qué cosas dejar pasar, qué otras priorizar. El tiempo es limitado, sí, pero muchas veces lo que nos falta no es tiempo, sino claridad. Y cuando tengo claro lo que quiero, elijo distinto.
- ¿Qué le dirías hoy a una mujer que se siente agotada, que no le alcanza el tiempo y que justamente no se está priorizando a sí misma?
- Le diría que no está sola. Que ese cansancio que siente es real, pero que también se puede salir de ahí. Que no hace falta un cambio radical, sino empezar por algo pequeño: un rato para ella, un “no” dicho a tiempo, una pausa sin culpa.
Y sobre todo, que no espere a que todo esté ordenado para empezar a cuidarse. Porque el tiempo para nosotras no aparece solo, hay que decidirlo. Y cuando una empieza a priorizarse, aunque sea un poquito, todo empieza a acomodarse de otra manera.
Escribir como acto de transformación
- ¿Cómo fue ese momento en el que sentiste que querías escribir un libro?
- Hace diez años, cuando creé el blog De Madre a Madre, ya sentía esa necesidad de poner en palabras todo lo que vivimos las mujeres que elegimos ser madres, lo que no siempre se dice. También tenía un propósito claro: inspirar a otras a seguir con sus proyectos sin dejarse de lado.
Siempre tuve en la cabeza la idea de transformar esos posteos, mi experiencia y reflexiones en un libro. Y hace dos años me propuse convertir ese deseo en un objetivo concreto. Hoy puedo decir felizmente que lo logré.
- Respecto al título del libro, No te dejes para después, ¿cómo llegaste a esa conclusión después de todo lo que viviste?
- No te dejes para después fue primero un hashtag que empecé a usar hace muchos años, como un recordatorio para mí misma. Nació de mi propia transformación, de cambiar mi relación con el tiempo y empezar a priorizarme.
En mi experiencia como mentora, veo que muchas mujeres nos dejamos para lo último de la lista. Yo lo viví. Y por eso en el libro comparto mi historia, pero también herramientas concretas para que podamos hacer un cambio real. Para que dejemos de postergarnos y empecemos a ponernos en agenda.
- ¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste durante la producción del libro?
- Sin dudas, lo más difícil fue empezar. Cuando tenés mucho para decir, ordenar todo eso y encontrar el punto de partida puede ser abrumador. Pero una vez que solté la idea de que tenía que ser perfecto, todo empezó a fluir. Escribí desde la verdad, desde la experiencia, y desde el deseo profundo de que lo que viví pueda servirle a alguien más.
- ¿Qué significa hoy para vos tener este libro en tus manos y ver cómo llega a tantas mujeres?
- Es una mezcla de emoción, orgullo y gratitud. Escribí este libro con el deseo profundo de acompañar a otras mujeres que, como yo, alguna vez se sintieron desbordadas, postergadas, o simplemente desconectadas de sí mismas.
Ver que el libro llega, que genera conversaciones, que despierta preguntas o decisiones en otras mujeres, es el mayor regalo. Y me confirma que cuando nos animamos a compartir lo que vivimos, algo se transforma, no solo en nosotras, sino también en quienes nos leen o escuchan.
- ¿Tenés en mente otros proyectos?
- Siempre. Soy muy inquieta y estoy en constante movimiento. Por ahora, estoy enfocada en seguir compartiendo el mensaje del libro y en desarrollar herramientas que complementen su lectura, como talleres, guías descargables y nuevas charlas. Y, quién sabe… quizás haya otro libro en camino. Porque historias para contar, siempre hay.
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