Luis Enrique, el entrenador español de fúbtol, compartió uno de los momentos más difíciles de su vida: el proceso de enfermedad y despedida de su hija Xana, quien falleció a los 9 años a causa de un cáncer de huesos.
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Con una sinceridad desgarradora, el entrenador relató cómo vivió esos meses y qué aprendió de ese profundo dolor. “Xanita era increíble. Era una persona muy abierta, muy espontánea, una payasa. Además, muy competitiva, muy valiente. Era guapa, se parecía a su madre”, expresó.
Una familia que se volcó al cuidado
Luis Enrique dejó su trabajo para estar a tiempo completo con su hija. “Afortunadamente teníamos recursos, y yo pude dejar de trabajar. Elena (su esposa) dejó todo para estar con Xana. Todos ayudamos al 100%”, contó.
Y reflexionó con empatía: “Alguna vez nos planteamos lo que sufre una familia que no tiene recursos. No poder estar con tu hija cuando sabés que no va a salir de la enfermedad es desgarrador”.
Uno de los momentos más impactantes del testimonio fue cuando recordó las palabras de su hija, que pese a su sufrimiento, buscaba consolar a sus padres. "En el final de la enfermedad, que ya venía evolucionando y cuando ella estaba muy fastidiosa, la pobre aceptaba que su madre llorara, porque nos decía cosas muy duras, durísimas, y la pobre se descomponía. Yo también me ponía a llorar y, claro, ella no entendía por qué lloraba. Yo me ponía a llorar, y ella me decía: 'Papá, vos no llores'”.
Luis Enrique también habló de cómo afrontó el final: “Nunca le tuve miedo a la muerte. El día que me toque, pienso que veré a Xanita. Eso me consuela”.
La niña murió en su casa, rodeada por su familia: “Se murió en nuestra casa, no en un hospital. Estaban sus primas, sus padres, sus abuelos. Fue muy duro, pero también muy emotivo, muy cercano”.
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El homenaje que conmovió al mundo del fútbol
Este fin de semana, Luis Enrique volvió a reencontrarse con su hija desde un lugar simbólico. Fue durante una noche más que especial en el Allianz Arena de Múnich: su equipo, el Paris Saint-Germain, se consagró campeón de la Champions League tras golear 5 a 0 al Inter.
En medio de los festejos, el DT vistió una remera de la fundación que creó en honor a Xana, la cual colabora con chicos que padecen enfermedades similares. En el diseño se ve una caricatura de él y su hija clavando una bandera del PSG, en alusión a la icónica imagen que protagonizaron juntos en Berlín, en 2015, cuando el Barcelona conquistó su quinta Champions.
El gesto fue acompañado por un enorme telón desplegado por los hinchas parisinos con la misma ilustración, como muestra del cariño y respeto que sienten por el entrenador español.
El valor del dolor y el aprendizaje
El exfutbolista y entrenador cerró su relato con una reflexión poderosa: “Los procesos negativos de la vida son los que más te enseñan. Liderás vos”.
Con esas palabras, dejó en claro que incluso en la mayor oscuridad, el amor, el acompañamiento y la humanidad pueden convertirse en una forma de trascendencia.
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