A una semana de su fallecimiento, el recuerdo de Héctor Alterio sigue más vivo que nunca. El cariño de colegas, amigos, seguidores y del público que lo acompañó a lo largo de su extensa carrera continúa multiplicándose. En este contexto de profunda emoción, fue su hija Malena Alterio quien decidió rendirle homenaje con un mensaje sentido y un álbum íntimo de fotos y videos.
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El actor murió el pasado 13 de diciembre, a los 96 años, dejando una huella imborrable en la historia del cine, el teatro y la cultura argentina y española. A través de sus redes sociales, Malena agradeció el acompañamiento recibido en estos días de duelo.
“Imposible abarcar el inmenso amor que nos mandáis. Gracias por vuestras palabras, vuestro aliento y vuestro cariño”, comenzó escribiendo, conmovida por la respuesta del público.
Luego, compartió una reflexión profunda sobre la partida de su padre: “Papá nos dejó de la mejor manera que se podía ir; discreto, sencillo, casi como no queriendo molestar, así como era él”. Y agregó con serenidad y amor: “Tengo el consuelo de que tuvo una vida plena, que fue feliz y que nos hizo felices a todos los que estuvimos a su lado… y también a los que no”.
En un gesto empático, Malena extendió su mensaje a quienes sintieron a Alterio como una figura cercana: “Nos deja trabajos maravillosos que ya forman parte de la historia. Nos deja una manera de ser y de estar en el mundo, en la profesión que tanto amaba. Era mi papá, pero sé que muchos lo sintieron como tal”.
Para acompañar sus palabras, compartió una serie de imágenes que muestran al actor en su faceta más íntima y auténtica: una foto abrazado a su hija, otra disfrutando de una cerveza con calma y una última escena de él en los escenarios, registrada durante su último bolo en Oviedo.
Agradecida pero atravesada por el dolor, cerró el posteo con honestidad: “Disculpar si no contesto mucho, pero ando herida. Besos a todos”.
Héctor Alterio: una vida dedicada al cine
Nacido en Buenos Aires en 1929, Héctor Alterio debutó en 1948 con la obra Prohibido suicidarse en primavera, de Alejandro Casona. Formado en arte dramático, fue uno de los impulsores del Nuevo Teatro, movimiento clave en la renovación de la escena argentina en los años 60.
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Su consagración cinematográfica llegó en 1966 con Todo sol es amargo. En 1975 se exilió en España tras recibir amenazas de muerte, en un contexto de creciente violencia política previo a la última dictadura.
A pesar de su exilio, continuó trabajando en la Argentina y fue protagonista de varias de las primeras películas nacionales nominadas al Oscar, como La tregua (1974), Camila (1984), La historia oficial (1985), que obtuvo la estatuilla, y El hijo de la novia (2001).
Su legado artístico y humano permanece intacto, sostenido por generaciones que lo admiraron dentro y fuera de la pantalla.
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