La vida de Jimena Buttigliengo siempre pareció estar rodeada de glamour y bajo perfil: de las pasarelas a la actuación, de la maternidad a su pasión por el yoga. Sin embargo, en los últimos días su nombre volvió a los medios por un drama personal que expuso con crudeza en redes sociales: la imposibilidad de reencontrarse con sus mellizos, Willy Andrea y Lynda Rose, de 7 años.
La denuncia pública de Jimena Buttigliengo en sus redes
La modelo, que actualmente reside en Ibiza, compartió con sus más de 172 mil seguidores una serie de fotos y mensajes donde acusa a su exmarido, el decorador y desarrollador inmobiliario francés Willy Rizzo, de no permitirle ver ni hablar con los chicos, quienes se encontraban de vacaciones con él en París y debían regresar a España para comenzar el ciclo escolar.
"Mis hijos se fueron felices de vacaciones ilusionados y ahora están secuestrados en París por su padre y la familia. No me dejan hablarles y les cambiaron el look”, escribió Jimena junto a imágenes del antes y después de los niños.
La respuesta de su expareja
La tensión escaló cuando Buttigliengo mostró el correo electrónico que recibió de Rizzo. En francés, el empresario fue categórico:
“De ahora en adelante, si querés hablar con los niños, será en la comisaría de la policía del 8º distrito (…) No hay ninguna posibilidad de que los veas fuera de ese ámbito. Todas las autoridades serán advertidas de que no tenés derecho a verlos”.
Conmovida, la modelo replicó en inglés: “¿Ahora tengo que ver a mis hijos a través de la policía? Yo soy su madre, necesitamos abrazarnos y besarnos. Secuestrás a los chicos, los ocultás y ahora que voy a visitarlos, ¿me decís esto?”.
Una historia marcada por contrastes
Jimena y Willy se conocieron en Londres, en el exclusivo restaurante The Ivy Chelsea Garden, y tras un flechazo inmediato se instalaron en París. Allí formaron familia y nacieron los mellizos, que este 11 de septiembre cumplirán 8 años. La relación terminó en 2023 y están separados desde hace un año y medio, aunque hasta ahora habían logrado mantener cierta estabilidad familiar.
Lejos de los flashes de la moda, Buttigliengo enfrenta hoy una batalla íntima: la de una madre que reclama poder ver a sus hijos. Su testimonio refleja la angustia de un conflicto atravesado por fronteras, decisiones judiciales y denuncias cruzadas, que aún no tiene resolución clara.
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