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Juliana Awada reveló que sufría de males crónicos y cómo hizo para mejorar su salud: "Es importante atender las señales del cuerpo"

Juliana Awada tuvo que pasar por varios problemas de salud para sentir la necesidad de cambiar de hábitos. De esto habla en su libro "Raíces".

Publicado por
Daniela Fajardo

"Alcanzar un bienestar sostenible implica modificar algunos hábitos, pero también estar muy atentos para escuchar las señales de nuestro cuerpo sin subestimarlas", es lo que anuncia Juliana Awada en una de las páginas de su libro, "Raíces" (Grijalbo). Ella admite que su cuerpo le daba muchas señales - distensión abdominal, dolor de cabeza, anemia, menstruaciones abundantes- y que en determinado momento de su vida decidió escucharlas.

Agua tibia con limón, lo primero que toma Juliana Awada cuando se levanta. Foto: libro "Raíces".

"Así empezó para mí este camino de aprendizaje, cuando dejé de dar por sentado algunos malestares crónicos como distensión abdominal, dolor de cabeza, anemia, menstruaciones abundantes, y decidí prestar más atención a lo que sucedía al consumir cierto tipo de alimentos para entender qué efecto tenían en mi organismo", explica en su libro.

No lo hizo sola. Contó con la ayuda de la doctora Florencia Leinado y la nutricionista María Cecilia Ponce. Y luego de una serie de estudios clínicos, llegó al diagnóstico: "Tengo una cierta intolerancia al gluten, sin llegar a la celiaquía, y el intestino permeable.

Juliana Awada cambió sus hábitos para mejorar su salud. Foto: libro "Raíces".

"En este tiempo aprendí la importancia que tienen el intestino y el hígado en nuestro organismo", dice. Y agrega: "El problema es que no siempre prestamos atención a estos mensajes del cuerpo e incluso nos acostumbramos a vivir con ellos sin tener registro... Necesitamos nosotros funcionar como primer filtro y atender los síntomas que se van presentando".

Ayuno nocturno y limón a la mañana

Una vez que Juliana recibió su diagnóstico, la nutricionista le sugirió mantener las horas necesarias de ayuno nocturno para darle al cuerpo tiempo de reposo digestivo. "Lo ideal es de doce a trece horas. La mejor manera es tratar de cenar temprano (no picar una vez terminado el momento de la cena) y desayunar más tarde. Durante ese tiempo podés tomar café, té de hierbas, mate pero sin leche ni edulzantes", explica Juliana.

Además, ella se prepara un vaso de agua tibia con limón ni bien se levanta a la mañana. A veces le suma jengibre que es ideal para aumentar las defensas y eliminar toxinas. "Trato de esperar media hora entre el agua con limón y cualquier otra infusión", dice Juliana.

Fuente: "Raíces", de Juliana Awada (Grijalbo)

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