En su entrevista con Moria Casán, China Suárez habló sin filtros sobre su historia con Mauro Icardi. Y hubo una frase que dejó claro el tono de todo lo que vino después: “Yo perdí la cabeza, totalmente.”
Con esa confesión abrió el corazón y contó que, por primera vez en muchos años, sintió algo que la desbordó. No lo pensó, no lo explicó, no lo analizó: simplemente le pasó. “Fue mutuo. No lo pude explicar. Me temblaban las piernas”, relató.
La primera vez en París: “Era otra persona, no podía actuar nada”
China reconstruyó ese encuentro que, hasta hoy, sigue siendo un punto clave de su historia. Fue en octubre de 2021. Estaba filmando en Madrid, se tomó un vuelo por menos de 24 horas y viajó a París “muerta cansada”, pero decidida a encontrarse con él. Hacía dos meses que se hablaban por Whatsapp y la iniciativa la había tomado Mauro al escribirle por las redes "Esa boquita".
La China contó que llegó al hotel sin maquillaje, con un look simple: pantalón ancho negro, camisa blanca y zapatillas. Y pensó: “Si no le gusto así, ya está.”
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Al rato llegó él. Lo que le pasó fue inmediato: “Me impactó. No sabía que era tan alto. Mauro llega a un lugar y es imposible no verlo.” Y después, el momento que marcó todo: “Se me aflojaron las piernas. Me besó. Arrancó fuerte.”
El mensaje que lo empezó todo
Moria quiso saber qué le había escrito Mauro la primera vez. China, entre risas y vergüenza, contó la frase textual: “Me mandó: ‘Esa boquita’. Tiene algo con mi boca… siempre me lo dice.”
Ese mensaje llegó, según ella, en uno de los peores momentos de su vida: “Estaba bajo tierra. No me sentía deseada ni amada. Venía de una relación desgastada.”
Ahí empezó la conexión que, según ambos, todavía recuerdan con detalle.
Una noche más romántica que pasional
Lejos de lo que muchos imaginaron, China aclaró que ese primer encuentro fue más cinematográfico que físico. Se acostaron, se quedaron abrazados y ella, agotada tras el rodaje, se quedó dormida mirándolo. “Fue todo muy genuino. No podía disimular nada de lo que me pasaba.”
Por qué sintió que él era “el hombre que soñó”
Cuando Moria le preguntó si Mauro era ese hombre que siempre esperó, China no dudó: “Totalmente.”
Y explicó por qué: por primera vez no tenía que actuar, ni medir sus palabras, ni evitar partes de su día para no herir susceptibilidades. “Soy su mejor amiga. Es la primera vez que me pasa eso.”
Para una mujer que siempre vivió la pareja desde el ideal del amor romántico —y que reconoce que necesita sentirse deseada, admirada y acompañada—, esta dinámica fue nueva.
El sentimiento que la tomó por sorpresa
China lo definió sin vueltas: “Yo perdí la cabeza.”
Y Moria, fiel a su estilo, le respondió: “Es una tragedia que estés tan enamorada. Pero el amor siempre gana.” Ese fue el clima del momento: dos mujeres hablando de amor sin cinismo, sin poses, sin vergüenza.
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