El 5 de julio era la fecha marcada para que Mauro Icardi se reincorporara a los entrenamientos del Galatasaray. Sin embargo, el delantero argentino no viajó a Turquía como estaba previsto, y su decisión encendió las alarmas en el club, donde ya comenzaron a evaluar alternativas para cubrir su ausencia.
¿El motivo? Un conflicto familiar de último momento. Su pareja, la China Suárez, tenía previsto viajar junto a él y sus hijos para instalarse en Estambul, pero Benjamín Vicuña revocó el permiso de viaje de los menores por razones vinculadas al calendario escolar. Esta situación detuvo el viaje familiar, y con él, el regreso de Icardi al equipo.
Desde el entorno del jugador aseguraron que el propio Icardi solicitó al club turco una extensión por “cuestiones legales relacionadas a la custodia de sus hijas”, pedido que inicialmente fue comprendido. Aun así, según trascendió, el Galatasaray no recibió la noticia con agrado.
Fuentes cercanas al club aseguran que la dirigencia comenzó a evaluar la contratación de otro delantero como respaldo ante la incertidumbre. De hecho, ya habrían incorporado un suplente en su posición, aunque sin dar señales públicas de ruptura con el argentino.
En medio de la tensión, este lunes se supo que Icardi tiene previsto viajar solo en las próximas horas desde Buenos Aires hacia Estambul. Aún no está claro si lo hará acompañado o si la China Suárez se quedará en Argentina para resolver el conflicto legal con Vicuña.
Mientras tanto, el futuro del goleador en el Galatasaray pende de un delicado equilibrio entre lo personal y lo profesional. Si bien el club sigue contando con él como capitán y figura, las demoras no pasan inadvertidas. En un mercado de pases activo y competitivo, los márgenes de tolerancia se achican.
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