Mientras varios miembros de la realeza europea disfrutan del verano en destinos tradicionales y discretos, los reyes de los Países Bajos, Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro, han vuelto a estar en el centro de la polémica. La decisión de viajar a Grecia, como hacen habitualmente, generó críticas entre algunos sectores de la opinión pública neerlandesa.
Tras el tradicional posado veraniego junto a sus hijas, los monarcas partieron hacia Kranidi, en el Peloponeso, donde poseen una mansión con vistas al mar Egeo, piscina y puerto privado. La propiedad, adquirida en 2012 y valuada en casi cinco millones de euros, ya había sido cuestionada en el pasado por su nivel de exclusividad.
Qué dicen los críticos sobre el destino elegido
“Podrían aprender un par de cosas de otros miembros de la realeza. Me encantaría que pasaran sus vacaciones en Zelanda, Limburgo o Terschelling. ¡Porque los Países Bajos son preciosos! Aunque no creo que lo hagan nunca”, opinó Justine Marcella, experta en realeza del portal Story.
A su vez, el periodista Jeroen Snel aportó una mirada algo más conciliadora, sugiriendo que una breve estadía local podría haber sido suficiente: “No es que tengan que quedarse aquí semanas. Un fin de semana largo o entre semana también estaría bien”.
Las comparaciones con otras casas reales fueron inevitables: mientras Federico y Mary de Dinamarca veranean en el castillo de Graasten y los príncipes de Mónaco descansan en su finca de Roc Agel, la familia real neerlandesa optó por un destino extranjero, en un contexto económico y social que reclama cercanía de sus figuras públicas.
El rol institucional también entra en juego
Las vacaciones de los reyes coinciden con una breve interrupción en la agenda oficial. Guillermo Alejandro regresará a los Países Bajos el 15 de agosto para participar en la Conmemoración Nacional de las Indias en La Haya, y luego retomará su descanso en Grecia.
Algunos sectores señalan que “el rey debe estar disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana”, aunque otros defienden su derecho a tener un respiro. De todas formas, la pareja real ha tenido una agenda activa en el último año: Máxima se destacó como Asesora Especial del Secretario General de la ONU para la Inclusión Financiera para el Desarrollo y participó en la reciente cumbre de la OTAN, lo que reforzó su imagen pública.
Grecia, un destino habitual para Máxima y su familia
Esta no es la primera vez que la elección de Grecia como lugar de descanso causa controversia. En octubre de 2020, en plena pandemia, los reyes debieron interrumpir abruptamente su estadía allí por el descontento social ante los viajes no esenciales. Desde entonces, cualquier regreso a su villa en el Peloponeso genera atención.
Mientras la familia real disfruta de unos días de descanso en el mar Egeo, el debate sobre qué se espera de los monarcas en tiempos de austeridad continúa vigente.
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