Estrenada en 1994 y dirigida por Mike Newell, "Cuatro bodas y un funeral" se convirtió rápidamente en una de las películas más emblemáticas del cine británico y resurge hoy en Netflix. Escrita por Richard Curtis —el guionista detrás de "Nothing Hill" y "Love Actually"—, la historia sigue a Charles (Hugh Grant), un joven encantador, algo torpe y siempre al borde de la impuntualidad, que atraviesa una serie de eventos sociales donde el amor parece presentarse de las maneras más inesperadas.
La película obtuvo una excelente recepción: fue nominada al Oscar a Mejor Película y Mejor Guion Original, y ganó el Premio BAFTA a Mejor Película Británica. A treinta años de su estreno, muchos críticos siguen considerándola una de las comedias románticas más influyentes de su tiempo.
La historia se desarrolla a través de cinco encuentros clave: cuatro bodas y un funeral, tal como anticipa el título. En cada uno de estos eventos vemos a Charles reencontrarse con su círculo de amigos —Fiona, Tom, Gareth, Matthew— y, sobre todo, con Carrie (Andie MacDowell), una estadounidense segura de sí misma que irrumpe en su mundo y le cambia por completo los planes.

Durante la primera boda, Charles queda flechado por Carrie. Lo que sigue es una sucesión de encuentros y desencuentros que ponen a prueba el deseo, la amistad y las expectativas sociales alrededor del matrimonio. Mientras la trama avanza, el protagonista enfrenta sus miedos al compromiso, sus errores del pasado y la posibilidad real de perder aquello que más desea.
Parte del encanto de la película proviene de la forma en que Curtis construyó los personajes: imperfectos, humanos y profundamente cercanos, inspirados incluso en experiencias reales del autor. El guion captura con humor sutil y emotividad los vínculos que se tejen en las grandes celebraciones y también en las despedidas.
"Cuatro bodas y un funeral" arrasa en Netflix
Hugh Grant saltó a la fama mundial gracias a esta interpretación, que le valió el Globo de Oro a Mejor Actor de Comedia. Su química con Andie MacDowell fue tan comentada que sigue siendo uno de los puntos más celebrados por los fans.
El grupo de amigos de Charles funciona como un soporte humorístico y emocional que sostiene la historia. Cada uno aporta una mirada distinta sobre el amor y el matrimonio, lo que convierte a la película en un retrato coral de las relaciones afectivas.
Además, la banda sonora —con canciones icónicas como “Love Is All Around”, interpretada por Wet Wet Wet— acompañó la popularidad del film y se quedó en el imaginario colectivo de los 90.
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