Rochi Igarzábal sabe de reinvenciones. Creció frente a las cámaras en "Casi Ángeles", uno de los fenómenos televisivos más grandes de su generación, y después de años de exposición decidió dar un paso al costado para reencontrarse con su esencia. Ese viaje la llevó a México, donde conoció a Milton —el amor de su vida y padre de su hija Lupe— y desde donde volvió con una mirada más serena sobre la fama, el arte y la vida.
Hoy, lejos de los sets de grabación que marcaron su adolescencia, Rochi se para sobre los escenarios con su propia música. Su nuevo EP, "Volaré", es mucho más que un conjunto de canciones: es un homenaje a sus abuelos, a su infancia y a todo lo que la conecta con su identidad artística. "Es un disco puente", dice, que une su etapa anterior, de sonidos más latinos y grabaciones en vivo, con una búsqueda más contemporánea, electrónica y experimental.
En esta charla con Para Ti, habla de cómo fue componer entre pañales y guitarras, de la emoción de cantar una canción tan cargada de historia familiar y de cómo equilibra la maternidad con sus deseos como artista. También, cuenta detalles del show que dará el 19 de septiembre en La Tangente, su próximo disco, los planes para su boda soñada y su manera de vivir la vida sin perder de vista lo que realmente importa.

Cómo se prepara Rochi Igarzábal para su próximo show y todo sobre su nuevo lanzamiento
- Se viene tu próximo show el 19 de septiembre en La Tangente y has contado que lo sentís distinto a todo lo que venías haciendo. ¿Qué nos podés adelantar?
- Este show será como la unión de dos mundos. Por un lado, la música que venía haciendo, muy latina y grabada en vivo, y por el otro, esta nueva búsqueda con sonidos más contemporáneos, modernos y electrónicos. Es un gran desafío, el de reemplazar un instrumento por algún sonido particular más electrónico, para crear un sonido propio. Es algo que me entusiasma mucho.

- Hablando de sonidos nuevos, lanzaste tu EP "Volare". ¿Por qué la decisión de un EP de solo cuatro canciones y qué significa para vos este trabajo?
- En realidad, un EP a veces surge para cerrar una etapa o para unir un grupo de canciones que conceptualmente tienen algo en común. En mi caso, la situación del EP llegó después de haber sacado las canciones como singles. Con mi productor, decidimos reunirlas porque forman parte de una misma búsqueda y etapa, y además, tienen feats con cantautores que me encantan, como Sofi Campos y Zenón Pereira, que tienen un estilo que me gusta y que en algún punto se encuentran con el mío. Para mí, "Volare" es como un disco puente entre un sonido anterior y una búsqueda nueva. Es un paso hacia lo que viene.

- Y ese puente nos lleva directamente al nombre del EP. ¿Qué historia se esconde detrás de "Volare"? Sabemos que tiene un significado muy personal...
- "Volare" nace a partir de mis abuelos paternos, que fueron mis abuelos "estrella" de la infancia. Su casa era un símbolo de encuentros y amor. Mi abuelo era más reservado, a diferencia de mi abuela, que era pura risa. En un aniversario de ellos, mi mamá proyectó fotos y, de repente, con la canción "Volare" de Gipsy Kings de fondo, apareció una foto de mi abuelo lanzándose en paracaídas.
Tenía 10 u 11 años y esa imagen se me grabó: mi abuelo, además de ser mi abuelo, se tiraba en paracaídas. Era medio pájaro, conectado con el vuelo, los viajes. Esa conexión con los viajes, los pájaros y el canto me construyó una identidad artística. Entonces, quise hacer una versión de "Volare" en honor a él y a la casa de mi infancia.

Lo más fuerte es que mi abuelo falleció justo cuando estábamos en el proceso de lanzar el EP. Fue muy simbólico. Grabamos parte del video en su casa, que ya estaba en venta y vacía, recreando escenas de mi abuela tendiendo la ropa, con esas camisas que para mí son como alas. Fue un cierre a esa etapa y a todo lo que estoy construyendo musicalmente.
Cuando canto "Volare" y veo la emoción de la gente, se me eriza la piel, porque lo conecto con mi infancia y mis abuelos, y que la gente la celebre así, es algo que tengo que hacer fuerza para no llorar de alegría.

- ¡Qué historia tan profunda! Y si "Volare" es un puente, ¿qué viene después? ¿Podemos esperar un disco nuevo?
- ¡Por supuesto! Se viene un discazo. Vengo trabajando con un productor que me encanta. La búsqueda de canciones es una mezcla de latino, indie, pop, algo más contemporáneo y personal. Las letras serán más simples y sinceras. Me estoy reconectando con la guitarra y componiendo con otros artistas y amigos. Va a ser un disco muy experimental mío, a diferencia del anterior, que era más tradicional latino.

De dónde se inspira Rochi Igarzábal a la hora de escribir
- ¿Y de dónde nace la inspiración para esas letras tan personales? ¿Cómo es tu proceso creativo?
- Últimamente, me inspiro mucho en frases que escucho decir a gente que amo, en charlas, o en libros que voy leyendo. Me las anoto para que sean el disparador de una canción. Por ejemplo, el otro día escuché: "Me da terror el amor". ¡Qué lindo resumen!
Quiero una canción que hable de esa sensación de amar tanto que tenés miedo a que cambie. También, me inspiro en otras canciones, otros artistas, en mi propia cotidianidad y en lo que les pasa a mis seres queridos. Voy tomando cosas que me vibran adentro.

- En tu carrera, siempre te manejaste con libertad. Pero, ¿te pasó alguna vez que te quisieran imponer un camino o te dijeran "esto es lo que garpa"?
- La verdad es que, a nivel industria, siempre por suerte me manejé con total libertad. El sello con el que trabajo me deja crear, no me exigen un lugar determinado. Sí me pasa tal vez que la gente que me conoce de mi época más comercial o televisiva me pregunta: "¿Por qué no...?". Pero son pocos comentarios y, en general, siempre tuve el mensaje de: "Andá por donde quieras, buscá lo que te gusta y trabajá con quien quieras". Disfruto mucho el proceso y eso es lo más importante para mí.
- Empezaste muy chica, en la adolescencia, expuesta a un nivel masivo. ¿Cómo te impactó todo eso y cómo lo manejabas?
- Fue fundamental para mí que desde muy chica siempre escribí. Tengo muchísimos cuadernos de diarios, canciones, poemas. Muchas veces me aferré a la escritura para atravesar cosas intensas, especialmente en momentos de mucha exposición. Era mi lugar íntimo, de hablarme a mí misma.

Además, mi familia siempre me bancó muchísimo, desde mi viejo llevándome a las clases de teatro hasta mis amigas de toda la vida. La música también fue mi refugio. Discos como "Fijación Oral" de Shakira o el de Ximena Sariñana, me acompañaron en momentos donde la intimidad era una cosa y la exposición otra. Me "escondía" en la exposición y en casa era más liberador.
El arrepentimiento y la decisión de irse a vivir a México
- Y hablando de esa época, ¿te arrepentís de algo de tu carrera?
- Siempre estoy agradecida, porque los pasos que uno da te forman en lo que sos hoy. Me siento muy a gusto conmigo, pude aprender mucho. A nivel actoral o artístico, no diría que me arrepiento de haber hecho algo. Es más bien de momentos donde me hubiese gustado reaccionar de otra manera o poner un límite. En esa época, la tele tenía otros códigos, se opinaba del físico, de la belleza. Siendo adolescente y expuesta, eso era difícil.

- Ese pico de exposición te llevó a un quiebre, a decidir irte a México. ¿Qué te llevó a tomar esa decisión tan fuerte?
- Estuve muchos años en estudios de televisión y me encantó la experiencia de actuar y hacer personajes, pero sentía que todo el tiempo quería volver a ese lugar más puro y artístico. Hacer las cosas por amor, sin pensar en lo que opinarían los demás. Me faltaba esa "ternura", el sentido y el propósito de por qué hacía lo que hacía desde chica. Sentí que me fui muy para afuera y me olvidé.
- Y en México, en ese hostel, conocés a Milton. ¿Cómo fue ese encuentro que te marcó tanto?
- Fue un flash. Lo vi y me pasó algo que no sé explicar bien: como que ya lo conocía, pero no lo había visto nunca. Fue una sensación rara de atracción, no sexual, sino de querer conocerlo. Fue como si nos hubiéramos conocido en otra vida.

Empezamos a salir, nos fuimos a vivir juntos, y desde ese momento, hace diez años que no nos separamos. Al llegar acá, yo embarazada de Lupe, empezamos a componer y a crear nuestro primer disco. Es nuestro motor para todo.
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Rochi Igarzábal cuenta cómo une la maternidad con su trabajo
- ¿Cómo es ser mamá y mezclar tu trabajo de artista con la maternidad?
- La realidad es que uno todo el tiempo está haciendo malabares y equilibrio entre la maternidad y la vida, y los deseos propios. Es seguir con tu vocación y realizándote más allá de la maternidad. Siempre lo hablo con mi psicóloga. De hecho, escribí una canción que se llama "La Culpa" (que seguramente estará en el nuevo disco) que habla de esto: el deseo propio y la rutina y muchas veces chocan.

Una vez escuché un discurso que me inspiró, de una mujer que decía: "Siempre me preguntan cómo hago para ser madre exitosa. Les explico que, cuando estoy acá parada dando este discurso, estoy fallando como mamá porque mis hijos se están durmiendo sin el cuento, pero cuando los califico en casa, estoy fallando como profesional". Es un equilibrio constante.
Aceptar que estás siendo exitosa en un lugar pero quizás "fallando" en otro. A veces, elijo quedarme con Lupe, aunque tenga un evento importante, porque ella quiere estar con su mamá. Y otras, ella me acompaña a los shows o me tira alguna frase mientras compongo. Es integrar esos mundos.
- Hablando de Lupe, ¿te da miedo que quiera dedicarse al arte, sabiendo lo expuesta que estuviste de chica?
- No, porque con el papá consideramos que hay tiempos para las cosas. Ahora, ella es niña y cuidamos mucho su mundo de juego y libertad, que no esté pensando en las redes sociales ni en todo eso que, aunque parezca loco, a los nueve años ya se ve.

Ella todavía no tiene celular ni redes. Estamos fomentando vínculos sin aparatos, porque ya habrá tiempo para todo lo demás. Conoce mi trabajo porque creció acompañándome, pero ahora está descubriéndose artísticamente como niña, como preadolescente.
- Y para el año que viene, se viene la boda con Milton. ¿Cómo te imaginás ese día, siendo tan "hippie"?
- ¡Es cierto! A Milton le cuesta usar el anillo. Pero, la idea es celebrar el amor después de diez años de conocernos. Queremos que sea un lugar al aire libre, con agua, cerca del río y que tenga un escenario donde puedan estar circulando músicos y artistas. Más que un casamiento, será un festival.

Lo estamos armando de a poco, con calma, porque cuando hacemos números, nos dan ganas de irnos de viaje. Pero, lo vamos a hacer porque nos divierte a los dos y queremos celebrar este amor.
- Con tanto camino recorrido y proyectos en puerta, ¿qué proyectos a futuro tenés en mente, tanto en la música como en la actuación?
- Primero, después del show en La Tangente, se viene la gira de septiembre a octubre con "Volare" y el disco anterior por distintas provincias y acá en Buenos Aires. La serie "Xiya Murano" se estrena a fin de año por Flow, le tengo muchas ganas. Y en noviembre, empiezo a ensayar una obra de teatro para estrenar en enero.
Estoy con la composición del nuevo disco. ¡Y la boda!, que la calculamos para marzo del año que viene.
Musicalmente, tengo mucho entusiasmo por tocar en distintos lugares del mundo, abrir shows a artistas que me gusten, y tener colaboraciones. Sueño con hacer un tema con Julieta Venegas, Ximena Sariñana. Ya cumplí un sueño con Álex Ferreira, a quien admiro mucho. En la escena local, hay muchos artistas que me copan.
FOTO: Rocío Bustos @rrociobustos
PRODUCCION: Lula Romero @lula.romero.stylist
MAKE UP Y PELO: Ro Somoza @ro_somoza para @sebastiancorreaestudio
Agradecimientos
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