Con pocos ingredientes y en muy poco tiempo, estos bastoncitos crocantes de polenta se convierten en la solución perfecta para picadas, guarniciones o cenas livianas. Son dorados por fuera, suaves por dentro y súper rendidores: podés hacerlos al horno (más livianos) o fritos (extra crujientes). La base es polenta instantánea, caldo y un toque de queso rallado que potencia el sabor; después, solo hay que enfriar, cortar en bastones y darles cocción hasta que queden bien doraditos. Servilos con dips (yogur con curry, alioli o mayonesa con limón) y terminá con un poco más de queso apenas salen. Económicos, prácticos y deliciosos: una receta para repetir.
Ingredientes para los bastoncitos de polenta:
- 1 taza de polenta instantánea
- 3 tazas de caldo (de verduras o de pollo)
- 1 cucharada de manteca o aceite de oliva
- 50 gramos de queso rallado
- Sal y pimienta a gusto
- Hierbas secas (orégano, romero o tomillo, opcional)
- Aceite de oliva (para hornear o freír)
Preparación de los bastoncitos de polenta:
- Paso 1: En una olla, calentá el caldo hasta que rompa hervor.
- Paso 2: Bajá el fuego y agregá la polenta en forma de lluvia, revolviendo con cuchara de madera para evitar grumos.
- Paso 3: Cociná según las indicaciones del paquete hasta que espese.
- Paso 4: Sumá la manteca, el queso, las hierbas y ajustá la sal y pimienta.
- Paso 5: Extendé la polenta caliente sobre una fuente aceitada o cubierta con papel manteca, formando una capa de unos 1,5 cm de espesor.
- Paso 6: Dejala enfriar completamente (podés llevarla a la heladera unos 30 minutos). Una vez firme, cortá bastoncitos con un cuchillo afilado o cortante.
- Paso 7: Para cocinarlos al horno, colocalos en una placa aceitada, pincelalos con aceite de oliva y horneá a 220 °C durante 20-25 minutos, girándolos a mitad de cocción para que se doren parejo. Si los querés hacer fritos, doralos en una sartén con aceite caliente hasta que estén crocantes. Retiralos sobre papel absorbente.
- Paso 8: Acompañalos con dips como yogur con curry, alioli, mayonesa con limón o una clásica salsa criolla. También podés espolvorearles queso rallado apenas salen del horno.
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Tips y variaciones para potenciar la receta
- Un toque dulce-salado: mezclá la polenta con puré de calabaza antes de enfriar. Quedan más coloridos, suaves y con un sabor especial.
- Versión sin horno: si no querés freírlos, podés cocinarlos en una sartén tipo plancha con apenas un poco de aceite.
- Para una picada gourmet: servilos con dips de distintas texturas, como hummus, guacamole o una salsa de tomates especiada.
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