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"Yo con ustedes, hermanos, ¡voy a la guerra!": palabras de un colega a otro, en este especial Día de la Sanidad en tiempos de covid

Publicado por
Daniela Fajardo

El 21 de septiembre es el Día de la Sanidad. El Dr. César Santos, pediatra, emergentólogo pediátrico (MN 140660), le dedica un mensaje especial a "sus hermanos de armas" como él mismo llama a sus colegas. Una carta para reflexionar.

A la izquierda, el Dr. César Santos junto a los colegas con los que trabaja a diario. Foto: IG

HERMANOS de armas. Nuestros colegas del mundo nos están avisando lo que viene, es probable que cualquier medida que tomen nuestros dirigentes y que acepte o no nuestra población nos lleve a escenarios similares (mejores o peores, nadie lo sabe)  a los que están viviendo en España e Italia y tantos otros. Es momento de unirnos, incluso en las diferencias.

No es momento de discutir si yo creo que me toca quedarme en casa o creo que me tienen que pagar más, si soy monotributista o de planta, si hago clínica u otra especialidad. Si “zafo”de estar en la primera línea o no. No porque no sea lógico, angustiante, cierto y justo, sino porque es probable que todas esas cuestiones no las podamos decidir ni modificar nosotros, no ahora.

¿Por qué? Porque no hay tiempo para modificar un sistema que ya está instalado, que no logramos cambiar durante años en general  y estos meses  previo a esto en particular  (a pesar de todos los golpes que la sociedad nos ha dado que han sido para muchos una alarma y motivo de movilización). No vamos a modificar ahora nuestros sueldos, nuestras condiciones de trabajo, nuestro rol en la sociedad (sí creo que esto puede ser el puntapié para hacerlo a posteriori) pero eso requiere esfuerzo, compromiso, unión y tiempo. Lo que viene a la mayoría nos va a robar todo nuestro esfuerzo, compromiso y tiempo, TODO.

Sí podemos, HOY, tomar la decisión de estar unidos, unidos para enfrentar esto, sabiendo que nos va a agarrar en las peores condiciones sociales, económicas y sanitarias. Unidos para cuidarnos, para ayudarnos, para acompañarnos, para escucharnos, para compartir estrategias de cuidado del paciente pero principalmente de cuidado de nosotros mismos, va a haber mucha gente que va a estar muy sola, realizando funciones por fuera de su expertise y capacidad técnica, muchos colegas  van a tener que tomar decisiones que nunca pensaron que les tocaría tomar.

Vestido para tratar a sus pacientes en tiempos de covid. Foto: IG

Para eso tenemos que estar, para explicarnos y convencernos de nuestra responsabilidad y de nuestros límites, para entender que somos héroes (y me atrevo a decirlo porque he tenido la suerte de trabajar codo a codo con verdaderos héroes) pero no debemos ser mártires. Para darnos ánimo, para darnos escucha activa, para apoyarnos, para sabernos HERMANOS.

"Quedará la realidad, esa realidad que nadie nos cree, salvo nuestras familias cuando nos  ven llegar cansados". Foto: IG

El resto ya llegará, deberá llegar, quedarán las estadísticas que mostrarán cómo nos fue, que mostrarán la diferencia entre estar preparado y decirse preparado, la diferencia entre tener hospitales públicos y tener salud pública, quedaran nuestros compañeros víctimas  de las malas condiciones de atención que nos aseguran nuestros superiores (que paradoja esa palabra), quedará la realidad, esa realidad que nadie nos cree, salvo nuestras familias cuando nos  ven llegar cansados, agotados de luchar contra la mala praxis, la mala praxis de quienes nos dirigen, de quienes deciden desde la comodidad de un escritorio nuestro destino, el de nuestras familias, nuestros compañeros  y el de nuestros pacientes.

Cuando me recibí de pediatra en el Hospital Garrahan, el Dr. Barsotti en el discurso de despedida nombró a cada uno de sus compañeros de residencia y dijo “yo con ellos voy a la guerra”. Yo a ustedes no tengo que conocerlos, sé que estamos en la misma, sé que somos lo mismo, sé que somos hermanos y yo con ustedes HERMANOS, voy a la guerra.