Los exosomas son pequeñas vesículas liberadas por las células que transportan proteínas, lípidos y material genético, y que actúan como mensajeros celulares. En el mundo de la cosmética, se usan por su capacidad para estimular la regeneración celular, potenciar la producción de colágeno y reparar la piel desde adentro hacia afuera.
Aunque en medicina regenerativa se vienen estudiando hace años, hoy su uso se volvió popular en tratamientos estéticos y productos de skincare que apuntan a prevenir el envejecimiento y mejorar la calidad de la piel.
¿Qué beneficios tienen los exosomas en el cuidado de la piel?
Estos son algunos de los efectos más destacados:
- Estimulan la producción de colágeno y elastina.
- Mejoran la textura y firmeza de la piel.
- Aumentan la hidratación y luminosidad.
- Ayudan a reducir la inflamación y las rojeces.
- Favorecen la recuperación de la piel tras procedimientos estéticos.
Su poder regenerador los convierte en aliados clave para pieles dañadas, con signos de envejecimiento o sensibilizadas.
¿Cómo se usan los exosomas en cosmética?
Actualmente, los exosomas se incorporan en:
- Sérums y cremas de alta gama que prometen rejuvenecer la piel.
- Procedimientos estéticos como microneedling o láser, donde se aplican como parte del post-tratamiento para acelerar la recuperación.
- Terapias personalizadas en consultorios dermatológicos, combinados con activos como ácido hialurónico o péptidos.
Tip: Si vas a usar productos con exosomas en tu rutina, es clave aplicarlos sobre la piel limpia y preferentemente en combinación con activos complementarios, como vitamina C o niacinamida, para potenciar sus efectos.
¿Qué tratamientos en consultorio usan exosomas y cuáles son otros activos regenerativos conocidos?
En consultorios dermatológicos y centros estéticos, los exosomas se aplican principalmente como parte de protocolos de regeneración avanzada, por ejemplo:
- Microneedling o Dermapen con exosomas: se combina la estimulación mecánica de la piel con la aplicación tópica de exosomas para potenciar la producción de colágeno y acelerar la recuperación.
- Mesoterapia con exosomas: inyecciones superficiales que aportan este activo directamente en las capas más profundas de la piel, mejorando su firmeza y textura.
- Peelings combinados con exosomas: para minimizar la inflamación y favorecer la reparación luego del procedimiento químico.
Además de los exosomas, otros activos regenerativos muy usados y reconocidos son:
- Péptidos: pequeños fragmentos de proteínas que estimulan la síntesis de colágeno y elastina, ayudando a la firmeza y elasticidad.
- Factores de crecimiento: proteínas naturales que regulan la renovación celular y la reparación tisular, muy efectivas en tratamientos antiedad.
- Retinol: derivado de la vitamina A, un clásico en el cuidado facial para acelerar la renovación celular y reducir arrugas y manchas.
- Ácido hialurónico: aunque más conocido por su efecto hidratante, también tiene propiedades reparadoras y de relleno que mejoran la apariencia general de la piel.
Estos activos suelen combinarse entre sí para lograr resultados más completos y personalizados según las necesidades de cada piel.
¿Hasta dónde llega su efecto regenerador?
Si bien no son mágicos ni reemplazan un procedimiento estético complejo, los exosomas tienen evidencia científica que respalda su efecto antiedad y reparador. Según investigaciones recientes, mejoran visiblemente la textura y elasticidad de la piel en pocas semanas de uso constante.
Eso sí: al tratarse de ingredientes biotecnológicos sofisticados, los mejores resultados se ven en fórmulas de alta concentración o tratamientos indicados por profesionales.
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