El frizz no es algo que haya que eliminar: es una respuesta natural del pelo frente a ciertos factores. Acá te contamos por qué aparece, qué lo potencia y cómo cuidarlo con conciencia, sin necesidad de reprimir su forma o textura.
¿Qué es el frizz y por qué aparece?
El frizz es ese efecto de “pelo inflado”, electrizado o con volumen desordenado que aparece cuando la fibra capilar pierde hidratación o se daña su estructura. En palabras simples: el frizz es la forma que tiene el pelo de decir que está buscando humedad para equilibrarse.
Esto puede deberse a factores externos, como la humedad del ambiente, el viento o el uso excesivo de secadores y planchitas. Pero también influye cómo es tu pelo naturalmente: cuanto más ondulado o rizado, más tendencia va a tener a encresparse.
No lo reprimas, entendelo: el frizz no es una falla
A diferencia de lo que muchas veces se cree, el frizz no es un problema que hay que erradicar, sino una condición natural de algunos tipos de pelo. El secreto no está en “domarlo”, sino en aprender a cuidarlo de forma respetuosa y elegir productos que lo hidraten y lo protejan sin modificar su esencia.
Cómo tratar el frizz sin dañar tu pelo
La especialista en pelo Georgina Buscaglia explica que es clave trabajar sobre la fibra capilar con ingredientes que aporten hidratación, suavidad y nutrición. "El frizz no desaparece con silicona: puede dar una ilusión momentánea de prolijidad, pero no resuelve la causa", señala.
Algunos activos recomendados:
- Ácido hialurónico: ideal para hidratar sin apelmazar.
- Aceites vegetales (argán, coco, jojoba): nutren y protegen.
- Proteínas vegetales: ayudan a reparar la fibra capilar.
- Glicerina: atrae la humedad y mejora la elasticidad.
Buscá productos sin sulfatos agresivos, sin siliconas pesadas y con fórmulas livianas pero efectivas. El leave-in, las cremas para peinar y los serums pueden ser grandes aliados si los usás con moderación.
Tips para convivir con el frizz sin pelearte con tu pelo
- No frotes con toalla al salir de la ducha: optá por una toalla de microfibra o una remera de algodón para quitar el exceso de agua sin fricción.
- Evitá cepillar el pelo seco: si tenés ondas o rulos, desenredalo en la ducha con los dedos o un peine de dientes anchos.
- Usá productos antifrizz en la cantidad justa: más no siempre es mejor. Probá aplicarlos con el pelo húmedo y distribuí con las manos.
- Dormí sobre una funda de satén o seda: reduce el roce y ayuda a mantener la hidratación.
- No lo toques todo el tiempo: las manos secas pueden transferir estática y deshidratar la fibra.
Conclusión: el frizz también es belleza
Aceptar el frizz es aceptar cómo es tu pelo cuando se expresa con libertad. En vez de luchar para que se vea “perfecto”, empezá a cuidar tu pelo para que se vea sano, flexible y con movimiento natural. La belleza también está en lo real, en lo que no responde a moldes, y eso incluye al frizz.
Fuente: Georgina Buscaglia – Especialista en color y cuidado del cabello
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