¿Para qué sirve el tónico facial? El paso clave en tu rutina de cuidado de la piel
 

Tónico facial: por qué este paso puede potenciar tu rutina de skincare

Tónico facial: por qué este paso puede potenciar tu rutina de skincare
El tónico facial volvió con fórmulas mejoradas y se convirtió en un imprescindible para una piel más fresca, luminosa y equilibrada. Te contamos por qué.

El tónico facial es un cosmético que se aplica después de la limpieza y antes del sérum. Su función principal es equilibrar el pH de la piel, retirar los restos de impurezas que puedan haber quedado tras la limpieza y prepararla para recibir los siguientes productos de tu rutina facial.

Pero eso no es todo: los tónicos actuales también hidratan, calman, iluminan y revitalizan la piel, gracias a fórmulas enriquecidas con activos naturales como aloe vera, agua de rosas, manzanilla o aceite de árbol de té.

¿Cuándo y cómo se aplica el tónico facial?

Este paso va justo después de la limpieza. Aunque uses un limpiador suave, la piel necesita que se le restablezca su equilibrio natural. El tónico ayuda a devolverle su pH ideal y deja el cutis preparado para recibir los tratamientos posteriores (como sérums, aceites o cremas).

Se puede aplicar con las manos, a toques suaves, o con un algodón. Un tip extra: hacelo con la cabeza inclinada hacia adelante. Así ayudás a activar la circulación y tu piel se verá más fresca al instante.

¿Qué tipos de tónicos hay y cuál elegir?

Hoy existen tónicos específicos para cada tipo de piel:

  • Piel sensible o reactiva: buscá fórmulas con manzanilla, agua termal o alantoína.
  • Piel seca o deshidratada: optá por tónicos con ácido hialurónico, aloe vera o glicerina.
  • Piel mixta o grasa: elegí tónicos con niacinamida, hamamelis o ácido salicílico.
  • Piel madura: apostá por opciones con antioxidantes, péptidos o colágeno.

Además de calmar y refrescar, un buen tónico también mejora la elasticidad, previene la flacidez y potencia la luminosidad del rostro.

¿Por qué suma a tu rutina de skincare?

El uso constante de un tónico facial no solo mejora la textura de la piel, sino que también potencia los beneficios de los productos que aplicás después. Gracias a él, tu piel absorbe mejor los activos y responde con más eficacia al tratamiento.

Y hay más: la aplicación del tónico estimula la circulación sanguínea del rostro, lo que favorece un tono uniforme y una piel más radiante.

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