Antes: un rincón oscuro. Después: un lugar deco, "iluminado" y favorito de la casa.
¿Hay solución posible para ese lugar de la casa que evitamos, con poca luz, frío o que nunca terminamos de armar?
La respuesta es un SI rotundo. “Lo vemos como algo sin solución. Pero muchas veces lo que falta no es plata ni metros cuadrados sino una buena idea”, advierte la arquitecta Constanza Delgado.

"Se pueden transformar esos rincones olvidados en tus lugares preferidos con algunos recursos simples, accesibles y bien pensados”, afirma Coty (en Instagram @arq.constanzadel), dedicada al diseño y bienestar para transformar tu casa.
Deco emergency: 5 pasos para transformar un “rincón oscuro” en un espacio con estilo y encanto

1.Empezá por observar sin juzgar. No hace falta que mires ese rincón oscuro de la casa con frustración. Miralo con curiosidad.
¿Qué sentís cuando pasás por ahí? ¿Qué es lo que no te gusta? ¿Falta luz? ¿Es incómodo? ¿Hay desorden, o simplemente no tiene función?
El primer paso para transformar un rincón es entender por qué no lo usás.
2.Pensá una nueva función. A veces el problema no es estético, sino que ese espacio no tiene propósito.
¿Y si lo convertís en un rincón de lectura, en un mini escritorio, en un lugar para tus plantas, en un banco para cambiarte los zapatos? No importa el tamaño: lo que importa es que te invite a usarlo.
3.Usá la luz a tu favor. Nada cambia tanto un espacio como una buena iluminación. Podés sumar una lámpara de pie, una guirnalda cálida, una luz puntual sobre un estante o incluso un espejo que refleje la luz natural.
Un rincón oscuro puede volverse acogedor ¡con solo enchufar una lámpara nueva!.
4.Añadí un gesto decorativo. Un cuadro, una alfombra, un textil lindo, una planta con maceta bonita. ¡No hace falta mucho! Un solo elemento con intención puede transformar la percepción del lugar.
Acordate que lo importante no es llenar, sino dar identidad.


5.Hacelo tuyo. Ese rincón puede ser mínimo, pero si tiene algo que amás, va a empezar a atraer tu presencia. Puede ser una vela, un libro favorito, una foto, un objeto que te conecte con algo lindo.
Esa conexión emocional es lo que convierte un lugar cualquiera en tu lugar.
"Una vez transformé un rincón que nunca usaba con solo una lámpara de pie, un almohadón, una planta y una bandeja con libros y una vela –cuenta su propia experiencia la arquitecta- Hoy es el espacio donde me siento a leer, a pensar o simplemente a estar. Lo que antes me molestaba, ahora me abraza”.

¿Y vos? ¿Tenés un rincón así en tu casa? Tal vez lo único que necesitás no es más espacio, sino más intención. Eso se nota… y se siente.












