Pamela Anderson volvió a sus raíces. La actriz conocida como la bomba sexy de la serie Baywatch ahora vive en una granja canadiense donde cultiva sus propios alimentos y su felicidad.
De las alfombras rojas a la tierra de su infancia, mientras crecen los rumores de romance con Liam Neeson -compañero de elenco e inseparable en las alfombras rojas de las avant premieres de "The Naked Gun"- Pamela Anderson eligió volver a la granja donde creció con sus abuelos.
Ella asegura que hoy —cosechando tomates, cocinando con productos del huerto y rodeada de naturaleza— es más feliz que nunca.
La nueva vida (feliz) de Pamela Anderson en una granja en Canadá

En un rincón verde y sereno de la isla de Vancouver, Pamela Anderson encontró lo que muchos buscan durante toda la vida: paz, propósito y una conexión profunda con sus raíces.
Lejos del vértigo de Hollywood, la actriz, activista y escritora volvió a instalarse en la granja que pertenecía a sus abuelos, un terreno de casi tres hectáreas que bautizó como Arcady.

“Significa lugar tranquilo y rústico”, explicó su nombre la actriz. Y eso es exactamente lo que logró construir: un santuario emocional, un espacio donde florece todo lo que siembra, y no solo en sentido literal.

La casa en la que Pamela Anderson creció cuando era chica hoy se convirtió en su refugio. Allí donde sus padres iniciaron su vida en común, y donde sus hijos, Brandon y Dylan, dieron sus primeros pasos, Pamela volvió en plena pandemia con un objetivo claro: empezar de nuevo.
“Cuando volví aquí, pensé al instante: ‘Voy a hacer un jardín increíble’. El huerto es toda una metáfora: cada año podés volver a plantar, rotar tus cultivos… Así es como quiero que sea mi vida”.
El jardín y la huerta de Pamela Anderson

La relación de Pamela con la jardinería empezó en su infancia. “Me di cuenta de que podías comerte las moras directamente del arbusto o una manzana silvestre del árbol. Fue uno de esos momentos en los que entendés que la comida viene de la tierra”, recuerda.
Ese descubrimiento fue el germen de una pasión que hoy da frutos reales: verduras orgánicas, flores silvestres, plantas aromáticas y tomates con los que prepara sus recetas veganas, muchas de las cuales plasmó en su libro “I Love You”.
Con la ayuda de sus hijos, Pamela Anderson rediseñó y amplió el huerto familiar. “Antes era más pequeño; lo vallamos para evitar que entraran los ciervos, y junto con mis hijos diseñamos un jardín enorme. Tenemos cajoneras de cultivo y unos 1.400 metros cuadrados de hortalizas”.
La cosecha incluye rábanos, lechugas, remolachas y una variedad de frutos con los que abastecen tanto su cocina como bancos de alimentos y vecinos de la comunidad.
El jardín estilo provenzal de Pamela Anderson


El jardín de Pamela tiene un estilo romántico, algo silvestre, con guiños a la Provenza francesa. “Tiene flores silvestres, hierbas y verduras, dispuestas naturalmente. Combino las reglas de la jardinería con mi naturaleza caprichosa”, explica.
Entre sus cultivos favoritos se destacan las rosas Yves Piaget —de las que extrae escaramujos para preparar aceites faciales— y los tomates, estrellas indiscutidas de su mesa.
También hay espacio para flores resistentes como los crisantemos, su especie favorita. Esta planta perenne florece cuando el resto empieza a apagarse y es ideal para añadir color al jardín durante el otoño. Fáciles de cuidar, toleran el frío y dan lo mejor de sí si se colocan en zonas soleadas y se riegan con moderación.
El largo camino de regreso a casa de Pamela Anderson

Uno de los rincones más singulares de Arcady es la cabaña que Pamela renovó para sus padres. “Es la misma en la que se casaron y empezaron su vida en común. Cuando le compré la propiedad a mi abuela, siempre tuve ese plan... Sabía que algún día traería a mis padres de vuelta y estaría lo más cerca posible de ellos en sus años de vejez, manteniendo su independencia”, reflexionó la actriz en una entrevista desde su refugio rural en Canadá para AD (Architectural Digest).
Ese sentido de pertenencia se extiende también a los objetos. Su sombrero de jardinería, por ejemplo, pertenecía a su abuelo. “Lo encontré en el sótano. Recuerdo que se lo mostré a mi padre y me dijo: ‘¡Es el sombrero del abuelo!’. Lo limpié y me lo pongo de vez en cuando. Me encanta.”
El estilo de vida de Pamela Anderson (sin maquillaje)

La casa de Pamela no es solo un espacio para cosechar alimentos, sino un verdadero ecosistema de bienestar. Con vistas al océano, biodiversidad y una energía que ella misma describe como “volcánica”, el jardín parece tener vida propia.
Su filosofía es simple: tierra, sol y agua. “Ponle ganas y comete errores”, aconseja a quienes quieran empezar. “Es de lo más sencillo”. Sus herramientas favoritas son de Gardenheir, y sus hijos también se encargan de conseguirle utensilios prácticos o decorativos.
Brandon —su hijo mayor— se convirtió en un experto: diseña jardines, dibuja planos y hasta rotula las plantas en latín. Dylan, por su parte, tiene un ojo especial para el diseño visual. “Sabe cuándo las cosas se ven bien, tranquilas y correctas”.
Pamela Anderson se inspira en los jardines secretos de Versalles y en la jardinería japonesa. Sin embargo, su estilo es muy personal, intuitivo y emotivo. “Yo soy una jardinera romántica. No me gustan las líneas rectas. Si ves alguna en mi jardín, es porque probablemente la ha plantado otra persona”, bromea.
Su conexión con la tierra también se traslada a la cocina. Pamela cocina con lo que cosecha, y eso no solo le permite alimentarse mejor, sino también reconectar con los sabores de su infancia.
“Una buena ensalada de tomates es la comida perfecta”, asegura. Esas recetas sencillas, cargadas de historia, fueron la base de su libro de cocina, en el que comparte platos familiares, todos de base vegana.
“Todo este nuevo capítulo empezó en el jardín”, afirma. Y es imposible no creerle cuando se la ve rodeada de flores, sin maquillaje, con las manos en la tierra y una sonrisa que parece decirlo todo.
El plan de vida inspirador de Pamela Anderson

Y no hace falta vivir en una granja de tres hectáreas en Canadá para que el estilo de vida de la actriz resulte inspirador.
Diseñar un jardín en tu propia casa —un balcón, una terraza o un pequeño patio— puede ser mucho más accesible de lo que parece. El secreto está en elegir pocas plantas, pero bien adaptadas al clima local. Crisantemos, hierbas aromáticas y algunas hortalizas de fácil cultivo son una gran opción.

Para los que no se llevan bien con las plantas, lo ideal es elegir especies de poco riego, y sumar textiles o mobiliario que hagan del exterior un lugar para habitar. Una mesa, una butaca cómoda y una alfombra pueden transformar el espacio. Y, por supuesto, unas buenas botas de jardinería: “Las Hunter, ¡imprescindibles!”, recomienda Pamela.






