Historias de Cemento: Colonia Mauricio, memorias de la localidad de Carlos Casares donde se encuentra el primer cementerio judío de la Provincia de Buenos Aires - Revista Para Ti
 

Historias de Cemento: Colonia Mauricio, memorias de la localidad de Carlos Casares donde se encuentra el primer cementerio judío de la Provincia de Buenos Aires

Colonia Mauricio, memorias de la localidad de Carlos Casares donde se encuentra el primer cementerio judío de la Provincia de Buenos Aires
En esta oportunidad los invitamos a viajar en el tiempo para conocer la historia de una pequeña colonia fundada por el Barón Maurice de Hirsch, el filántropo judío más importante del siglo XIX. Ubicada en la localidad de Carlos Casares, mantiene vivo el legado de los colonos judíos pioneros en la Argentina.
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“He perdido a mi hijo, pero no a mi heredero; la humanidad es mi heredera”.

Barón Maurice de Hirsch (1831-1896)

En el corazón de la provincia de Buenos Aires, entre los suaves relieves de la pampa argentina y los campos fértiles que se extienden hasta donde alcanza la vista, se encuentra una pintoresca ciudad llamada Carlos Casares. Antiguamente conocida como Pueblo Maya, el 8 de enero de 1907, este floreciente asentamiento alcanzó su autonomía y adoptó el nombre que lleva hoy en honor al influyente político y militar argentino que dejó una marca indeleble en la historia del país.

Desde entonces, Carlos Casares ha sido testigo del incansable esfuerzo de sus primeros colonos, entre ellos españoles, italianos y judíos, quienes llegaron a la región en busca de nuevas oportunidades y vastas extensiones de tierra para cultivar.

Por un lado, los italianos iluminaron con su arquitectura, arte y artesanías. Los españoles, en cambio, mantuvieron siempre sus ideales comerciantes y trajeron sus típicos ramos generales. Por último, la colectividad judía fue, al fin y al cabo, de las que sufrieron en mayor proporción los cambios.

Aquí no hablamos de tan solo un idioma, sino de casos de persecución. La comunidad judía llegó a estas tierras huyendo de un grupo conocido como Pogroms, quienes en definitiva no respetaban su religión, ideologías y estilos de vida. A pesar de esto, su perseverancia y resiliencia generaron que desde 1964 Carlos Casares sea reconocido como la Cuna Nacional del Girasol y sede de la Fiesta Nacional del Girasol, que desde entonces se celebra y les rinde honor a estos colonos.

Focalizándonos en la colectividad judía, es necesario especificar que ellos no llegaron a estas tierras por suerte del azar. Tiempo antes, el Barón Mauricio Hirsch, un banquero y filántropo, fundó la Jewish Colonization Association (JCA), la cual facilitó la emigración de judíos perseguidos en Europa Oriental. Las olas migratorias llegaron a diferentes partes de América, entre ellos, Estados Unidos, Canadá, Brasil y, principalmente, Argentina. Adquirió tierras y estableció colonias agrícolas judías, contribuyendo al desarrollo económico y cultural en este último país.

El viaje de los colonos judíos hacia la formación de la Colonia Mauricio en Algarrobos fue sin duda una travesía. Partieron de Europa y llegaron al Hotel Inmigrantes, un punto de partida simbólico para muchos buscadores de nuevas oportunidades. Desde allí, continuaron su trayecto en ferrocarril hasta esta zona, donde su destino final aún estaba lejos. Caminaron 17km, llevando consigo sus sueños, hasta llegar a Algarrobos, donde finalmente encontraron un hogar provisional durante nueve meses y conformaron la Colonia Mauricio. En este período, enfrentaron desafíos y dificultades, pero también demostraron una fuerza inaudita mientras trabajaban arduamente para establecer las bases de su nueva comunidad.

En Colonia Mauricio se encuentra el primer cementerio Judío de la Provincia de Buenos Aires.

La Jewish Colonization Association (JCA) adquirió 24.889 hectáreas que comprendían la propiedad del Paraje Algarrobo, donde se instalaron las primeras 300 familias que arribaron a la colonia y sumaban una población de 1735 personas. Se les otorgaban parcelas de 50 a 150 hectáreas de acuerdo a la calidad de tierra y número de miembros, animales, e instrumentos de labranza.

Hacia 1905, la población llegó a 2118 colonos más 804 que se agregan como inmigrantes espontáneos atraídos por la cercanía con Buenos Aires, la calidad de las tierras, y por ser "la más prospera de las Colonias de la J.C.A". En 1910 se adquieren más tierras, llegando a un total de 43.435 hectáreas que para ese entonces habían cuadruplicado su valor.

La población alcanza su apogeo: 3077 personas de las cuales la gran mayoría ya eran propietarios de sus parcelas. Debido a esto, en 1922, la JCA considera suprimir la Administración local supervisando esporádicamente a los que continuaban en su calidad de colonos. Para esta época, Algarrobo, llega al máximo de su desarrollo. Prosperan los centros creados en las cercanías de las estaciones ferroviarias: Moctezuma, Mauricio Hirsch, y Smith, con población enteramente israelita.

El cementerio linda con la laguna Algarrobos.

En este contexto, los colonos crean el primer cementerio Judío de la provincia de Buenos Aires y el segundo de la Argentina. Aquí es donde yacen los colonos y sus familias. Un jardín de paz que se abre paso en medio de los sembrados y que linda con la laguna Algarrobos que le brinda un marco inigualable.

#DatoCementero

Al ser la primera colonia establecida en el país por la Jewish Colonization Association, Colonia Mauricio tiene el primer cementerio judío de la provincia de Buenos Aires, que cuenta con características arquitectónicas muy especiales. Está situado frente a la Laguna Algarrobos y además, está detenido en el tiempo. Por sus particularidades, fue declarado Sitio Histórico Provincial en 1991 y allí se puede conocer más acerca de la localidad.

En el cementerio yacen los restos de los colonos y sus familias.

También se construyó la Sinagoga de Moctezuma, otro edificio emblemático que al día de hoy se preserva exactamente igual desde que fue construido (de solicitarse el pedido, es posible oficiar allí servicios religiosos).

La fachada de la Sinagoga de Moctezuma.

Ahora bien, pasadas dos décadas de este periodo de gran auge, comienza el proceso de despoblamiento debido al gran valor que adquieren las tierras y frente a la crisis de los años 21 y 22 que los persuade de deshacerse de las parcelas para trasladarse a las ciudades en busca de porvenir mas brillante para su descendencia.

Acá es cuando la mayoría se traslada a la ciudad de Carlos Casares donde llegan a construirse cinco sinagogas, una Sociedad Mutualista, escuelas, bibliotecas y desarrollan una gran actividad comunitaria, dejando en "un segundo plano" a la Colonia Mauricio.

El interior de la Sinagoga de Moctezuma.

En la ciudad hoy se mantiene en pie la Sociedad Israelita, un edificio histórico muy bien preservado que funciona actualmente como Casa de la Cultura y que en tiempos pasados funcionaba como sinagoga.

Sociedad Israelita, un edificio histórico que funciona hoy como Casa de la Cultura.

Carlos Casares, forjando un futuro desde sus raíces

A lo largo de los años, Carlos Casares ha sido testigo de importantes eventos histórico-culturales. Durante la época dorada del ferrocarril en Argentina, la llegada del tren a la ciudad impulsó su crecimiento y conectó a sus habitantes con el resto del país. En 1889, un hito crucial marcó el destino de Carlos Casares con la instalación de las vías férreas, un acontecimiento que abriría las puertas al progreso y la conectividad de la región. Este avance significativo atrajo una corriente migratoria notable a partir de agosto de 1891, cuando numerosas personas, motivadas por la promesa de nuevas oportunidades y el potencial de estas tierras fértiles, emprendieron el viaje hacia este próspero enclave en la provincia de Buenos Aires.

El flujo migratorio no solo enriqueció la diversidad cultural de la ciudad, sino que también contribuyó al crecimiento y desarrollo económico de la ciudad. La riqueza cultural de esta ciudad se refleja en sus calles empedradas, sus antiguas construcciones con fachadas antiguas y sus plazas arboladas.

La iglesia principal, con su imponente arquitectura neocolonial, es un símbolo de la fe y la devoción de la comunidad – sin hacer mención a que es una de las únicas del país que, a pesar de prevalecer la religión católica, mantiene en su interior no solo las banderas de Cs. Casares, Bs. Aires y Argentina, sino también la italiana, española y judía.

La iglesia principal de Carlos Casares.

Más allá de su pasado histórico, Carlos Casares es una ciudad vibrante y moderna, que mira hacia el futuro con optimismo. Sus habitantes son conocidos por su calidez y hospitalidad, y se enorgullecen de sus tradiciones y costumbres arraigadas.

Hoy en día, Carlos Casares es un destino turístico popular, que atrae a visitantes de todo el país y del extranjero. Sus paisajes naturales, sus festivales folclóricos y su deliciosa gastronomía hacen de esta ciudad un lugar único y encantador.

La intención a futuro es integrar todos los espacios mencionados como parte de un recorrido histórico oficial con fines turísticos, mientras se preserva la memoria y se pone en valor el legado de los colonos.

Sociedad Israelita, un edificio histórico que funciona hoy como Casa de la Cultura.

Fotos, video y edición de video: Ramiro Palais @ramirophoto.

Agradecimientos especiales: Andrea Grobocopatel y familia; Delfina de Marco, Representante Cultural de Carlos Casares, y Sociedad Israelita Carlos Casares @sicc.carloscasares.

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