#HistoriasDeCemento: Palacio Arruabarrena, una mansión parisina en Concordia, Entre Ríos - Revista Para Ti
 

#HistoriasDeCemento: Palacio Arruabarrena, una mansión parisina en Concordia, Entre Ríos

En esta nueva edición los invito a conocer una suntuosa residencia de 1200 m2 resguardada como museo en Concordia, Entre Ríos. Con ustedes, el "Palacio Arruabarrena".
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“El tiempo es como un bolsillo en donde siempre debe guardarse algo. He guardado en él lo mío, sin pretender que mañana sea valorado como áurea pepita lo que no pasa de ser un simple guijarro”. Víctor Juan Guillot (escritor entrerriano nacido en Concordia).

Las márgenes de los ríos ofrecieron siempre un sitio acogedor para el desarrollo del tejido social, claramente la vida se hacía más fácil con los recursos renovables que las tierras fértiles que las llanuras verdes ofrecían. Así la actual Concordia, a 428 km de Buenos Aires, fue habitada por pueblos nativos pertenecientes a grupos charrúas y guaraníes. Entre guijarros se han hallado objetos de estudio arqueológico cercanos a los ríos Paraná y Uruguay, hoy Entre Ríos.

Palacio Arruabarrena.

Por el año 1700 los jesuitas levantaron un oratorio advocando a San Antonio de Padua junto a un grupo minúsculo de indígenas misioneros. Años más tarde fueron expulsados para quedar el territorio en olvido hasta que el General Artigas inicia el éxodo oriental entre los años 1811 y 1812 marcando un hito histórico.

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Desde Cementos Avellaneda explican que la inspiración de construir una casa de tan espectacular arquitectura nació de un viaje a Francia realizado por Don Arruabarrena, quien quedó impresionado por el señorío de la vivienda donde permaneció durante su estadía en ese país y terminó comprando los planos que luego trajo a Concordia junto a algunos arquitectos para que construyeran allí un palacio de similares características.

Palacio Arruabarrena.

El 29 de noviembre de 1831 mediante un decreto de la Asamblea General reunida en Paraná se funda la ciudad de San Antonio de Padua de la Concordia sobre la orilla hidrográfica derecha del río Uruguay y frente a la ciudad uruguaya de Salto.

Ambas ciudades mantuvieron siempre un fuerte lazo fraternal, quedando separadas por el río que brinda playas calmas y arenas finas.

Palacio Arruabarrena.

El rápido progreso económico permitió que a comienzos del XIX Concordia sobresaliera por la actividad rural.

Se construyeron fábricas para el procesamiento de carne y cebo y los famosos saladeros. Se utilizaron las reservas del ñandubay, árbol de madera rojiza, dura y resistente para la fabricación de postes y las piedras calizas de la región para la actividad de construcción.

Palacio Arruabarrena.

El puerto propiciaba el intercambio mercantil con la Capital Federal, Brasil, Paraguay y Uruguay, como también la exportación directa para Europa y América del Norte.

El puerto de Concordia se comenzó a construir en 1904 para iniciar la actividad en 1908. Anteriormente funcionaba en la barra del Yuquerí, donde la operatividad se veía afectada por fluctuaciones del nivel del agua y el mal estado de los caminos de acceso.

Palacio Arruabarrena.

Indudablemente, la zona gozaba de prosperidad económica y acompañando el crecimiento urbano, las familias se asentaban cercanas al casco citadino.

La plaza “25 de Mayo” fue construida en 1833 por el Cnel. Antonio Navarro, encargado de diseñar los lotes fundacionales y las calles en forma de dameros.

Palacio Arruabarrena.

Frente a la plaza, el edificio municipal con su frente de lajas de mármol blanco data de 1943, la Catedral inaugurada en 1899, dependencias estatales, el Banco Popular de Concordia que se remonta al año 1902 y la escuela. Hoy se suma la peatonal, la costanera y sus playas, hoteles, parques y termas.

Palacio Arruabarrena.

La Estación terminal del Ferrocarril Argentino del Este comenzó a operar el 23 de marzo de 1874 en el tramo hasta Federación, quitando el protagonismo al puerto. Para 1908 Concordia queda unida con Buenos Aires a través de un ferrocarril que utilizaba ferry boat en Puerto Ibicuy.

Para 1838, el país estaba gobernado por el Gral. Juan Manuel de Rosas y Entre Ríos como en otras provincias del territorio argentino estaba atravesado por luchas internas.

Palacio Arruabarrena.

Don Juan Bautista Arruabarrena (padre), llegó a nuestro país ese mismo año, 1838. Alojado primeramente en Buenos Aires trabajó de empleado en un comercio para luego trasladarse a Gualeguaychú donde estableció un almacén de ramos generales.

Palacio Arruabarrena.

Luego de dos décadas de trabajo logra adquirir un campo de 6.300 hectáreas de extensión donde desarrolló tareas rurales y sumó doce hijos al matrimonio. Su primogénito lleva su mismo nombre, Juan Bautista Arruabarrena quien siguió la ocupación de su padre que muere a los 75 años.

Palacio Arruabarrena.

Nacido el 8 de agosto de 1859 en Gualeguaychú, Entre Ríos, Arruabarrena (hijo) fue miembro fundador de la Sociedad Rural. Sus tareas en el campo lo encuentran dueño del Frigorífico Yuquerí, el Club del Progreso, de la Sociedad de Beneficencia y donó tierras para la construcción de la escuela y la iglesia de la ciudad.

Como muchos otros hijos de inmigrantes, exitosos y pudientes, Juan Bautista se convirtió en miembro de una elite que gozaba de viajar y Europa era una plaza de recurrida audiencia. Así llega a Francia en la primera década del siglo XX.

Palacio Arruabarrena.

Juan Bautista Arruabarrena (hijo) se aloja en una residencia que logra impactarlo por el diseño arquitectónico y belleza destacada, algo que se ha repetido en varios relatos de viajes. Indudablemente las artes decorativas en Europa eran deslumbrantes a los ojos de los sudamericanos que caían embelesados a sus pies. Grandes residencias pertenecientes a la creciente burguesía local adoptaban usos y costumbres de las altas clases porteñas concentradas en el centro de Buenos Aires y que a su vez copiaban los usos y costumbres europeas.

A su regreso al país, le encarga al arquitecto Gabriel Dulin y al constructor Luis Pepey una mansión idéntica a la visitada en París que se levantaría en la esquina de las calles Entre Ríos y Ramírez, en Concordia, frente a la céntrica Plaza Urquiza.

Palacio Arruabarrena.

El “Palacio Arruabarrena” comenzó a construirse en 1916, como vivienda familiar, con materiales traídos de Europa como fuera soñado por su ideólogo, inaugurándose en 1919, tres años más tarde.

Estaba casado con Dominga Ignacia de la Cruz. El 3 de julio de 1925 Juan Bautista muere, por lo que ha podido disfrutar por poco tiempo su estadía en la residencia.

Palacio Arruabarrena.

La mansión Arruabarrena es una obra arquitectónica resuelta en cuatro plantas de estilo academicista francés.

En la fachada, se lucen dos atlantes a modo de ménsulas y dos grupos escultóricos, ubicados en otros ángulos, con bellas figuras centrales que sostienen artefactos de iluminación con forma de antorcha. El acceso al edificio por la ochava se realiza a través de una amplia escalera de mármol de carrara que lo eleva en estilo y distinción.

Palacio Arruabarrena.

El “porche” está tratado como “loggia” con tres amplios balcones terrazas. Adentro, se lucen cielorrasos decorados y bellos vitreaux que acompañan el recorrido de la gran escalera.

Un salón comedor, una sala de música, el escritorio, todo estaba ambientado en el espacio compartido mientras que, en la parte superior, se desarrollaba el ámbito privado con las habitaciones.

Palacio Arruabarrena.

Coronando el edificio de destacan tres mansardas de pizarra en las que se abren ventanas elípticas y circulares de las habitaciones destinadas al personal de servicio.

Palacio Arruabarrena.

El edificio contaba con comodidades poco comunes para la época, como el ascensor y el piso del basamento que corresponde a un semisótano destinado a la cocina y a la despensa.

Palacio Arruabarrena.

Celina Primitiva Arruabarrena de la Cruz, hija de Juan Bautista Arruabarrena y Dominga de la Cruz nació en Concordia en 1891. Celina se casa con Antonio de Luque quien fuera periodista y fundador del diario El Litoral de Concordia, sumando a la familia personalidades ilustres que se destacan en la historia de la ciudad.

Tras la muerte de Arruabarrena, los herederos venden la propiedad al Gobierno Nacional, quien lo destinó al Comando de la Segunda División de Caballería. En 1973 se inició el trámite para que el edificio pasara al patrimonio de la Ciudad de Concordia y finalmente se formalizó en 1984 salvándolo de una posible demolición.

Palacio Arruabarrena.

Desde entonces, el lugar funciona como sede del Museo Regional Municipal “Palacio Arruabarrena” que cuenta con una valiosa colección de 9000 piezas, entre los que se destacan mobiliario de la época, utensilios, vestimentas, armas antiguas, monedas y fotografías históricas.

Como áurea pepita a diecinueve escalones del suelo se eleva en una esquina de Concordia. En permanente estado de restauración no se rinde al olvido. Es reflejo de históricas páginas de sucesos pasados que cuentan los pasos que nos trajeron al presente. Allí sigue en pie, porque de eso se trata, de no perdernos entre los guijarros a la orilla del río.

Palacio Arruabarrena.

Texto: Silvina Gerard @silvina_en_casapines.

Fotos: Ruben Alaris, Guía de Turismo, @museopalacioarruabarrena y Silvina Gerard.

Más información en parati.com.ar

 

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